"Biocombustibles"

"Biocombustibles"

Cuando derivan de productos agrícolas se llaman AGROCOMBUSTIBLES. No generan menos dióxido de carbono que los derivados del petróleo, al contrario: empeoran el problema. Además aumentan el precio de los alimentos y el hambre; aumentan la desertificación y compactación de suelos, generando más inundaciones y menor productividad. También elevan la presión de desmontes así como el envenenemiento de napas y aguas superficiales. En definitiva, atentan contra la salud humana y la bio-diversidad
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Los llamados biocombustibles agravan el cambio climático

 

Steve Connor 

17/02/2008

Steve Connor, el editor de la prestigiosa revista Science, concluye que los llamados biocombustibles agravan el cambio climático.

Los científicos han dado datos irrefutables que indican que los biocombustibles podrían ser uno de los mayores timos ambientales, ya que realmente agravan el calentamiento global añadiendo a las emisiones de origen humano el dióxido de carbono a que supuestamente ponen freno. Dos estudios distintos publicados en la revista Science muestran que el cultivo de biocombustibles actualmente realizado para producir alternativas “verdes” a los combustibles fósiles basados en petróleo despiden más dióxido de carbono en el aire del que pueden absorber las plantas cultivadas.

Los científicos han descubierto que, en el caso de algunos cultivos, para saldar la “deuda carbonífera” causada por su cultivo inicial sería necesario cultivarlos durante varios siglos. Esos costes ambientales no tienen en cuenta ninguna otra destrucción adicional en el entorno, como la pérdida de biodiversidad causada por tratamientos de compensación de la prístina selva tropical.

“Todos los biocombustibles que utilizamos actualmente causan destrucción del hábitat natural, ya directa, ya indirectamente. La agricultura global está produciendo ya alimentos para seis millones de personas. La producción de biocombustibles basados en alimentos también requerirá que se destine aún más tierra a la agricultura”, dice Joe Fargioine, de la organización de EEUU para la conservación de los recursos naturales y director de uno de los estudios. Los científicos realizaron el tipo de análisis que se está perdiendo en el fragor del incentivo irreflexivo de los biocombustibles fomentado por las políticas de los Estados Unidos y Europa, en que cuyos proponentes han sido entusiastas de las virtudes de los biocombustibles como alternativa verde a los combustibles fósiles utilizados para el transporte.

Ambos estudios examinaban cuánto dióxido de carbono se emite cuando se convierte un trozo de tierra en campo de cultivo de biocombustible. Han descubierto que, por ejemplo, cuando se convierten las turberas indonesias en plantaciones de aceite de palma se necesitan 423 años para saldar la deuda carbonífera. El siguiente peor caso es cuando se tala la selva forestal del Amazonas para convertirla en campos de soja. Los científicos han descubierto que se necesitan 319 años de fabricación de biodiésel de la soja para cancelar la deuda carbonífera causada por la tala de árboles en el lugar original. Los científicos calculan que tales conversiones de la tierra para cultivar maíz y caña de azúcar para el biodiésel, o aceite de palma y soja para el bioetanol, emiten entre 17 y 420 veces más carbón que lo que se ahorra anualmente con la sustitución de combustibles fósiles.

“Esta investigación examina la conversión de tierra para biocombustibles y pregunta si vale la pena. ¿Es mayor el carbón que se pierde por convertir bosques, praderas y turberas que el que se «ahorra» utilizando biocombustibles en lugar de combustibles fósiles?”, se pregunta el Dr. Fargione. “Y, sorprendentemente, la respuesta es no. Esas áreas naturales acumulan mucho carbón, de manera que su conversión en tierras de cultivo redunda en toneladas de carbón emitidas a la atmósfera”, dice.

La demanda de biocombustibles está destruyendo el entorno de otras maneras. Para los granjeros americanos, por ejemplo, acostumbrados a alternar soja y cultivos de maíz, la demanda de biocombustible ha significado que ya no cultiven maíz. Como resultado, los granjeros brasileños están talando bosques para cultivar soja que poner en la producción a corto plazo.

“En la búsqueda de soluciones al cambio climático debemos asegurarnos de que el remedio no sea peor que la enfermedad”, dice Jimmie Powell, miembro del consejo científico de la organización para la conservación de los recursos naturales. “No podemos permitirnos ignorar las consecuencias de la conversión de tierras en campos de cultivo de biocombustibles. Eso significa que no podemos promover sin querer alternativas de combustible peores que los combustibles fósiles para cuya sustitución están diseñadas. Estos descubrimientos deberían incorporarse al avance de la política de emisiones carboníferas”, ha dicho el Dr. Powell.

La Unión Europea ya tiene segundas intenciones sobre su política dirigida al estímulo de la producción de biocombustibles. Stavros Dimas, comisario de la UE de medio ambiente, admitió el mes pasado que la UE no previó el conjunto de problemas ambientales generados por el objetivo europeo de obtener el 10% de su combustible de transporte de sustancias vegetales.

El profesor John Pickett, director del reciente estudio sobre biocombustibles encargado por la Royal Society, ha dicho que, aunque puedan jugar un papel importante en la reducción de gases de efecto invernadero del transporte, es importante recordar que un tipo de biocombustible no es igual que otro. “El ahorro de gas de efecto invernadero que puede proporcionar un biocombustible depende de cómo conviertan las tierras y se realicen los cultivos y de cómo se utilice el biocombustible.” “Dado que los biocombustibles están entrando ya en el mercado mundial, será vital aplicar criterios de certificación de carbón y sostenibilidad para la valoración de los biocombustibles, a fin de promover aquellos que sean buenos para la gente y el medio ambiente. Esto debe hacerse a escala internacional, para que no nos limitemos a transferir los potenciales efectos negativos de esos combustibles de un lugar a otro.”

El profesor Stephen Polasky, de la Universidad de Minnesota y autor de uno de los estudios publicados en Science, dice que los incentivos actualmente empleados para fomentar que los granjeros cultiven terrenos para biocombustibles no consideran el balance carbonífero del cultivo. “No tenemos incentivos correctos porque los propietarios de tierra son recompensados por producir aceite de palma y otros productos, pero no por gestionar carbón. Esto crea incentivos para una explotación excesiva de la tierra y puede tener como resultado a largo plazo el incremento de emisiones de carbón.”

Steve Connor es el editor de la revista Science.

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La gran estafa de los biocombustibles

08/02/14

Fueron presentados hace algunos años como la panacea universal para generar energía “limpia”, hoy se sabe que ambientalmente son mucho mas caros que los derivados del petróleo, aunque los lobbyes asociados a su producción los sigan promocionando.

A medida que transcurre el tiempo se va revelando con mayor claridad que muchas cosas no son como nos prometían cuando todos nos habíamos embarcado en la ilusión de un progreso irreversible que llevaría a la humanidad a estadios de bienestar desconocidos.
Primero con timidez nos fuimos decepcionando de algo por aquí, de otra cosa por allá, hasta que el cúmulo de promesas incumplidas, de esas que nos auguraban un “mañana mejor”, que nunca se concretaba nos demostraron que los beneficios eventuales de esos presuntos adelantos quedaban en manos de muy pocos y que los costos, generalmente exorbitantes, impactaban sobre las mayorías confiadas y desprevenidas.
Entre las grandes promesas que nos hicieron los promotores de la agricultura industrial que hoy ha tomado control de nuestros suelos, acuíferos, naturaleza y vida en general, para destruirlos estaba la de los “biocombustibles”.
Era fantástico, podríamos mover nuestros vehículos con derivados de cereales que al sembrarse año tras año nos garantizaban un futuro inagotable de combustibles que ahora serían “renovables
Desde el inicio, algunos esclarecidos se preguntaban como era eso de “renovables” si para producir el maíz o lo que fuere con que se obtenían los “biocombustibles” paradójicamente había que usar grandes volúmenes de derivados del petróleo, que era lo que supuestamente se quería reemplazar, para mover la maquinaria implicada en el proceso productivo y también los fertilizantes empleados.
¿Cuál era el saldo? ¿Cuánto petróleo había que emplear para obtener una cantidad x de biocombustibles?
Los que nos vendían la ilusión ni se preocupaban en responder los interrogantes y por todos lados, incluida nuestra ciudad aparecían enormes plantas industriales con inversiones millonarias en dólares para producirlos.
Hoy el velo se ha caído y se sabe la verdad: el etanol como reemplazo del petróleo es una gran mentira y su producción lleva a un gran desastre ecológico.
Y no lo decimos nosotros, en estos días la agencia de noticias Associated Press ha anunciado que la ‘era del etanol’ impulsada por EEUU ha resultado ser un “desastre ecológico”, mucho más perjudicial para el medio ambiente que el uso de combustibles fósiles.
Barack Obama en su momento presentó el etanol (un alcohol fermentado y destilado derivado del maíz) como “el combustible alternativo más exitoso que hemos producido”, anunciándolo como “una alternativa verde” a miles de millones de litros de gasolina.
De acuerdo con el informe de AAPP, desde el 2007, cuando el Congreso de EE.UU. exigió a las compañías petroleras que incorporasen etanol a su gasolina, este fluido ha pasado a ser el combustible renovable más importante del país.
Cuando es quemado, el etanol emite menos dióxido de carbono que la gasolina pero su consumo, además de aumentar el de derivados de petróleo para producirlo y encarecer los alimentos básicos esenciales para muchos pueblos, ha alentado a los agricultores a buscar nuevos lugares y cultivar millones de hectáreas con maíz, invadiendo zonas de suelos protegidos, acabando con 5 millones de hectáreas reservadas para la conservación, solo en EEUU.
El boom del maíz ha aumentado significativamente el uso de fertilizantes derivados del petróleo, contaminando millones de hectáreas de suelos y acuíferos superficiales y subterráneos.
“Esto es un desastre ecológico”, dijo Craig Cox, del Grupo de Trabajo Ambiental de la agencia AAPP.
Según ambientalistas y científicos, tras analizar todos los factores, el etanol derivado del maíz no es una estrategia viable para combatir el calentamiento global, sino todo lo contrario, lo agrava, además de provocar otros flagelos ambientales.
Mike Oreskes, vicepresidente de la agencia de noticias AAPP ha dicho que “los reportes sobre este importante tema son resultado de meses de trabajo y revisión de documentos, así como entrevistas con expertos y gente de todo el espectro del debate de políticas públicas en torno a este recurso energético”. “Respaldamos nuestros reportes y aceptamos con gusto la discusión y nuevas aportaciones al tema”, añade.
Qué dirán ahora los exegetas de estos nefastos procesos que llevaron a la humanidad a la insensatez extrema de tomar alimentos que escasean a no menos del 40% de la población mundial para transformarlos en combustibles para seguir abasteciendo los excesos de los países hegemónicos.
Nosotros ahora tenemos la palabra, por lo pronto para difundir que la fabula de los “bio” combustibles es más falsa que el cuento de los reyes magos.
Ecoportal.net
FundaVida
http://www.fundavida.org.ar/
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"Los #agrocombustibles, mal llamados "#Biocombustibles", están demostrando tener impactos ambientales y sociales extremadamente graves, sin que su contribución a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sea real."

"Presentar los agrocombustibles como la varita má- gica que contribuirá a resolver contemporáneamente el problema del constante aumento del precio del petróleo, del cambio climático, de la seguridad energética y de la contaminación urbana podría resultar un discurso peligroso, además de falso, con el resultado de despertar falsas expectativas sobre una solución tecnológica al problema del excesivo uso de los derivados del petróleo. No hay que olvidar que el único camino es emprender con la máxima urgencia y seriedad unas políticas de reducción del uso de energía."

https://www.ecologiapolitica.info/los-agrocombustibles-una-solucion-para-muchos-problemas-o-muchos-problemas-sin-solucion/


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LEY DE PROMOCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES


Roberto Jorge Rabello





El Foro Ambientalista señala defectos de fundamentación y pide que se revise. Adhiere a posición de eminente especialista perteneciente al Gabinete Asesor Provincial.


En las comisiones internas de la Cámara de Diputados avanza el estudio y análisis de adhesión a la ley nacional que impone un régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentables de biocombustibles.

Entre los fundamentos se menciona que la producción de estos genera beneficios económicos a las zonas en las cuales se instalen las plantas de producción; pero los cálculos económicos que se han hecho no tomaron en cuenta el costo ambiental ni el costo social.

En nuestra provincia el avance de la producción agropecuaria no se está logrando por aumento de rendimientos, sino arrasando el monte natural para anexar superficie cultivable. El severo daño que se está haciendo al ecosistema expulsa a los campesinos de su medio original, obligándolos a vivir en cordones de miseria que van creciendo alrededor y dentro de las ciudades.

El perjuicio que se hace a la economía es, evidentemente, mayor al beneficio. Recordemos que economía significa “ciencia de la administración de los recursos escasos”, de modo que aún un alivio o estímulo financiero para el estado, muchas veces es antieconómico, por lo que resulta opuesto al bienestar general.

Pero la falacia más grande en la fundamentación  de esta ley, está en sostener que es “un camino tendiente a preservar el medio ambiente”. Si bien es cierto que la combustión de bio-diesel genera menos gases contaminantes que la de combustibles fósiles, considerando todo el proceso desde su producción, el balance resulta inverso, dado que la superficie desmontada para obtener materia prima era un pulmón para la atmósfera.

El término “bio” genera una falsa impresión de amigabilidad ambiental, por lo que los expertos coinciden en que la denominación correcta de estas fuentes de energía es AGROCOMBUSTIBLES.

Un estudio publicado en Science de agosto aseguraba que el incremento de la producción de agrocombustibles podría despedir nueve veces más dióxido de carbono (CO2) durante las próximas tres décadas que los combustibles fósiles. El trabajo era además el primero en calcular el impacto de las emisiones de CO2 de los agrocombustibles en todo su ciclo productivo. Asimismo, sus responsables, un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds y del World Land Trust, del Reino Unido, consideraban desacertado destruir bosques para instalar en su superficie cultivos de agrocombustible, ya que con ello se estaría liberando el CO2 guardado en los árboles, además de causar un impacto ambiental grave en forma de pérdida de hábitat y de fauna y flora, desertificación, y desequilibrios en el clima.

En un momento en que el cambio climático amenaza al planeta mucho más urgentemente de lo que la mayoría cree, el monte que se podría aprovechar racionalmente está siendo aniquilado. Las topadoras avanzan.

En el caso del Bioetanol, cuya producción es la idea puesta en marcha en Frías, un estudio del ecólogo de la Universidad de Cornell David Pimentel publicado en 2005 demostraba que el balance energético del etanol a partir de maíz es negativo, es decir, la energía necesaria para producirlo es superior a la que genera. Además,  requiere para su producción gran cantidad de agua, combustible fósil, desplazamiento de pobladores y pequeños productores por el avance incontrolado de la frontera agropecuaria, etc. 

La pregunta que deberíamos hacernos es ¿por qué la insistencia en materia de agrocombustibles mientras el mundo entero cada día los cuestiona más?

También nos preguntaremos por qué aún no hay legislación prohibiendo la minería a cielo abierto, que está haciendo tanto daño en otras provincias. O por qué no se respeta la ley 6325 de protección al medio ambiente.

Esta antítesis entre producción sustentable en el discurso y aceleración especulativa alocada en los hechos, está deteriorando la calidad de vida de santiagueños y argentinos. Recordemos que días atrás fue echado el embajador Raúl Estrada Oyuela, quien era representante para asuntos ambientales internacionales de la Cancillería -esa área fue disuelta- por haber dicho que Argentina "no tiene política ambiental". Pareciera que ya no malvendemos las joyas de la abuela, pero todavía devastamos la comida de los nietos.

Y no soslayemos el problema ético de utilizar superficie agrícola para fabricar combustible en lugar de comida. Hay resoluciones de la Fao y organizaciones reconocidas mundialmente que en definitiva dicen que el remedio es peor que la enfermedad: cada día son mas cuestionados los  agrocombustibles en el mundo por el golpe que están dando a la seguridad alimentaria.

Desde el Foro Ambientalista de Santiago del Estero-Capital, adherimos a la posición del Ing. Agr. Roberto Gayroud, quien plantea:


LA SUSTENTABILIDAD DE LA PRODUCCIÓN DE LA MATERIA PRIMA PARA LA ELABORACIÓN DE LOS AGROCOMBUSTIBLES ES EL PUNTO DE PARTIDA DE LA TOTAL ACTIVIDAD GENERADA CON ESTA FINALIDAD Y PRIORITARIAMENTE DEBE SER CONSIDERADA, PUES SIN LA SEGURIDAD DEL ABASTECIMIENTO CONTINUO DE LAS PLANTAS INDUSTRIALES ESTAS NO PODRÁN OPERAR COMO CORRESPONDE Y DE NADA VALDRÁ CUALQUIER DISPOSICIÓN REGLAMENTARIA QUE APUNTE A PROMOCIONAR, REGULAR Y CONTROLAR EL O LOS PROCESOS INDUSTRIALES Y/O LA CALIDAD DEL PRODUCTO


Los PROBLEMAS DE PRODUCCION tienen que ver con las demandas de la fertilidad de suelo y agua que puedan requerir los cultivos (para nuestra provincia ambos "recursos" escasos o pobres o faltos de infraestructura suficiente y conocimientos de los productores para su aprovechamiento racional).

PROBLEMAS SOCIALES: expulsión de la población campesina que a cualquier título son ocupantes ancestrales de tierras que puedan ser reclamadas por el programa de producción de agrocombustibles que agregaría un elemento más a los problemas de tenencia de la tierra actualmente existentes..

PROBLEMAS ÉTICOS: Ocupación de tierras aptas para la producción de alimentos y actualmente utilizadas para ese fin, escasez de los mismos y aumento de sus precios (caso concreto actual es el de Méjico con su maíz).

PROBLEMAS ECOLÓGICOS: deterioro de la capacidad productiva de los suelos por la posible predominancia de los monocultivos anuales, acrecentamiento de la demanda de fertilizantes, pesticidas y herbicidas (altamente contaminantes), y ejecución de desmontes para ocupar las tierras con cultivos destinados a la produción de materia prima para la eleboración de agrocombustibles.

PROBLEMAS DE DESCONOCIMIENTO (o en discusión): balance energético (energía demandada para producir vs. energía generada). De no existir un claro saldo favorable de la especie vegetal que se pretende utilizar, su uso sería un desatino. Precisamente uno de los cultivos más mencionados como de posible utilización para la eleboración de agrocombustibles es la soja con su muy discutido balance energético, como contribuyente al deterioro de la capacidad productiva de los suelos y requeridora de suelos con buena fertilidad y humedad.

EXPORTACIÓN: no está tratado pero en forma alguna debe permitirse la exportación de agrocombustibles hasta tanto haya sido superado nuestro déficit como así también materia prima con tal finalidad.”


A partir de esta clara fundamentación, el Ing. Gayraud aconseja:


 que en los estudios o autorizadas opiniones previas incluyan:

Las especies vegetales que se piensan promocionar, sobre todo su balance energético y su demanda en materia de fertilidad de suelos y agua.

Las modalidades de cultivo (anuales, plurianuales o permanentes), mono-cultivos y rotaciones.

Destino de las producciones primarias. Las plantas industriales: localización y capacidad operativa y demanda de materia prima.

Destino del biocombustible y aprovechamiento de los desechos o residuos. (biocombustibles de 2º generación).

Una matriz energética donde intervengan otras alternativas o fuentes.

La incorporación de fuentes de energías inagotables y limpias.

Políticas de exportación de la materia prima y del producto final.

Programas de ahorro de energía.

La participación de las organizaciones de los productores y el conocimiento que ellos tienen sobre la cuestión.

El abastecimiento local.

La autorización o no desmontes con tal finalidad... y podría seguir.

Sin dejar de reconocer la importancia que tienen los controles de calidad tanto del producto primario como las mezclas, (son los aspectos que trata la ley) creo que es muchísimo más importante  la selección de la o las especies a implantar, los espacios destinados a los cultivos, los aspectos sociales.... etc.”


Es muy importante que los ciudadanos nos informemos mejor sobre la cuestión ambiental y exijamos que sólo se otorgue beneficios impositivos a actividades verdaderamente sustentables, que no atenten contra los recursos naturales y humanos.

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LEY DE PROMOCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
Roberto Felipe Gayraud
Roberto Jorge Rabello
(ingenieros agrónomos)
Foro Ambientalista Santiago
El Foro Ambientalista Santiago señala defectos en su fundamentación y pide que se la revise antes de proceder a su adhesión por parte de la Provincia. 
En las comisiones internas de la Cámara de Diputados avanza el estudio y análisis de adhesión a la ley nacional que impone un régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentables de los biocombustibles.
Entre los fundamentos se menciona que esta actividad genera beneficios económicos a las zonas en las cuales se instalen cultivos con tal destino y las plantas de producción de los mismos, pero en los cálculos económicos no se han tomado en cuenta el costo ambiental, el costo social, ni el balance energético.
En nuestra provincia el avance de la producción agropecuaria no se está logrando por aumento de rendimientos, sino arrasando el monte natural para anexar superficie cultivable. El severo daño que se está produciendo al ecosistema expulsa a los campesinos de su medio original y vital, obligándolos a vivir en cordones de miseria que van creciendo alrededor de las ciudades y barrios miserables dentro de las mismas. Ostracismo social que se cumple con un sentimiento generalizado de desaliento y frustración.
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El Foro considera que el perjuicio que puede ocasionar a la economía esta alternativa de producción de biocombustibles es mayor al beneficio. Se debe tener presente que economía es la “ciencia de la administración de los recursos escasos”, de modo que aún un alivio o estímulo financiero para el Estado, muchas veces es antieconómico, por lo que resulta opuesto al bienestar general.
Pero la falacia más grande en la fundamentación  de esta ley está en sostener que es “un camino tendiente a preservar el medio ambiente”. Si bien es cierto que la combustión de los biocombustibles genera menos gases contaminantes que la de combustibles fósiles, al considerar todo el proceso de su producción, el balance positivo resulta muy pobre o se torna negativo. El desmonte de superficies para dedicarlas a la producción de materia prima con tal destino, significa el exterminio de un auténtico pulmón atmosférico que fija el contaminante anhídrido carbónico y exhala oxígeno que la enriquece; el proceso de producción comienza con el transporte de la semilla al lugar de plantación y termina con la entrega en la planta industrial y todo ello demanda un consumo considerable de combustible y utiliza insumos altamente contaminantes como son los insecticidas, herbicidas, fertilizantes y agroquímicos en general. Por tal motivo es que el Foro decide la presentación de este documento que procura resumir su opinión sobre la materia, fundado en una abundante información que dispone de variados orígenes, desde los del más alto nivel científico a comentarios periodísticos bien fundados.
Ante todo vale la pena señalar que el uso del prefijo “bio” genera una falsa impresión de amigabilidad ambiental; debería denominárselos “AGROCOMBUSTIBLES” pues su origen está en la agricultura.
Un estudio publicado en la revista Science aseguraba que el incremento de la producción de agrocombustibles podría “instalar” en la atmósfera nueve veces más dióxido de carbono (CO2) durante las próximas tres décadas, que los combustibles fósiles. El trabajo ha sido el primero en calcular el impacto de las emisiones de CO2 de los agrocombustibles en todo su ciclo productivo. Asimismo, sus responsables, un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds y del World Land Trust, del Reino Unido, consideraban desacertado destruir bosques para instalar en su superficie cultivos destinados a producir agrocombustible, ya que con ello se estaría liberando el CO2 acumulado en los árboles durante su crecimiento, además de lo antes citado en cuanto a que los bosques actúan como pulmones de la atmósfera. Se debe tomar en cuenta que la eliminación de los bosques causará un desastroso impacto ambiental al desaparecer uno de los principales elementos sostenedores de la biodiversidad, de la defensa de la calidad productiva de los suelos, y de la aparición de fenómenos erosivos, y hasta desequilibrios en el clima.. La última etapa de esta cadena está en la desertificación total, tanto económica como poblacional y cultural.  Y todo ello ocurrirá en un momento crítico de nuestro planeta en que el cambio climático ya ha dejado de ser una amenaza para transformarse en realidad. Mientras tanto se continúa con este desatinado actuar… y las topadoras avanzan. 
En el caso del bioetanol, cuya producción es la idea puesta en marcha en Frías, un estudio del ecólogo de la Universidad de Cornell David Pimentel publicado en 2005 demostraba que el balance energético del etanol a partir de maíz es negativo, no se conoce en relación al uso de la caña de azúcar. Para el caso maíz, la energía necesaria para producirlo es superior a la que genera. Además,  requiere para su producción gran cantidad de agua, combustible fósil, insumos contaminantes y originará el desplazamiento de pobladores y pequeños productores, ancestrales ocupantes de la tierra, por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria.
 
Ante estas situaciones nos deberíamos preguntar ¿por qué la insistencia y urgencia de embarcarnos en la aventura de agrocombustibles mientras el mundo entero cada día los cuestiona más? ¿Estará en consideración el hecho de la transitoriedad de la estructura económico-operativa que se genera, por su inevitable reemplazo cuando -como inexorablemente ocurrirá-, se desarrollen fuentes de energía inagotables y limpias, principalmente la solar y la eólica?
También nos preguntamos ¿por qué aún no hay legislación que prohíba la minería a cielo abierto, que está ocasionando tanto daño en otras provincias? O ¿porqué no se respeta la Ley Provincial  6321 de 3 de Setiembre de 1996. “Normas Generales y Metodología de Aplicación para la Defensa, Conservación y Mejoramiento del Ambiente y los Recursos Naturales”, reglamentada y aún en vigencia?
Esta antítesis entre producción sustentable en el discurso y aceleración especulativa alocada en los hechos, está deteriorando la calidad de vida de santiagueños y argentinos. Recordemos que días atrás fue echado el embajador Raúl Estrada Oyuela, quien era representante para asuntos ambientales internacionales de la Cancillería -esa área fue disuelta- por haber dicho que Argentina "no tiene política ambiental". Pareciera que ya que  no podemos malvender las joyas de la abuela pues es asunto finiquitado, pero nos estamos metiendo con la comida de nuestros nietos.
Y no debemos soslayar el problema ético de utilizar tierras agrícolas para ·”fabricar” combustible en lugar de comida. Hay resoluciones de la FAO y organizaciones reconocidas mundialmente que afirman que el remedio puede ser peor que la enfermedad: Esta es otra de las críticas más fuertes a la producción de agrocombustibles sin restricciones en cuanto a la capacidad productiva de los suelos que ocupa u ocupará. El uso de tierras de “pan llevar”  para producir gasoil o etanol profundizará el problema del hambre, que es un mal endémico en vastas regiones de nuestro planeta. Por otra parte la menor producción de alimentos implicará el aumento correlativo de los precios acentuando los problemas de alimentación de los sectores más cadenciados. Esta situación ya se ha manifestado en Méjico con el maíz que Estados Unidos absorbe para la fabricación de etanol.
Corresponde, asimismo examinar LA SUSTENTABILIDAD DE LA PRODUCCIÓN DE MATERIA PRIMA PARA LA ELABORACIÓN DE LOS AGROCOMBUSTIBLES, PUES SIN LA SEGURIDAD DEL ABASTECIMIENTO CONTINUO DE LAS PLANTAS INDUSTRIALES, DE NADA VALDRÁ CUALQUIER DISPOSICIÓN REGLAMENTARIA QUE APUNTE A PROMOCIONAR, REGULAR Y CONTROLAR LOS PROCESOS INDUSTRIALES Y LA CALIDAD DEL PRODUCTO.
Principales situaciones que se deben considerar
PROBLEMAS DE PRODUCCION que tienen que ver con la demanda de fertilidad de suelo y el agua que puedan requerir los cultivos a implantar (para nuestra provincia, ambos recursos son escasos o con una pobre infraestructura para su aprovechamiento eficiente), y limitados conocimientos de los productores para su uso racional.
PROBLEMAS SOCIALES que pueden generarse por la expulsión de población campesina que a cualquier título son ocupantes ancestrales de tierras posibles de ser reclamadas por el programa de producción de agrocombustibles, lo que agregaría un elemento más a los problemas de tenencia de la tierra actualmente existentes.
PROBLEMAS ÉTICOS generados por la ocupación de tierras de “pan llevar” actualmente utilizadas para ese fin, lo  que puede determinar escasez de alimentos y consecuentes aumentos en sus precios.
PROBLEMAS ECOLÓGICOS derivados del deterioro de la capacidad productiva de los suelos por la posible predominancia de monocultivos anuales, acrecentamiento de la presión de fertilizantes, pesticidas y herbicidas (altamente contaminantes), y desmontes.
PROBLEMAS DE DESCONOCIMIENTO (o en discusión), entre ellos y quizás el más importante, el balance energético (energía demandada para producir versus energía generada). De no existir un claro saldo energético favorable de la especie vegetal que se pretende utilizar, su uso sería un desatino. Precisamente dos de los cultivos más mencionados como de posible utilización para la elaboración de agrocombustibles son la soja y el maíz con sus respectivos balances energéticos muy discutidos, y en el caso de la soja como contribuyente al deterioro de la capacidad productiva de los suelos y requeridora de suelos con buena fertilidad y humedad.
EXPORTACIÓN tema que no está incluido en la ley nacional. En forma alguna debe permitirse la exportación de agrocombustibles hasta tanto haya sido superado nuestro déficit en la materia, así como también materia prima con tal finalidad (situación que hoy se está dando en nuestro país).
A partir de esta fundamentación o presentación, el Foro Ambientalista Santiago opina y aconseja que en los estudios u opiniones previas se incluya:
La identificación de las especies vegetales que se piensan promocionar, con la cita de su balance energético y su demanda en materia de fertilidad de suelos y agua.
El análisis y dictamen sobre las modalidades de cultivo (anuales, plurianuales o permanentes), mono-cultivos y rotaciones.
El destino de las producciones primarias. Las plantas industriales: localización y capacidad operativa, y demanda de materia prima.
El destino del biocombustible y aprovechamiento de los desechos o residuos de cultivos e industrialización (biocombustibles de 2º generación).
La formulación de una nueva matriz energética donde intervengan, en reemplazo de los combustibles fósiles, otras alternativas renovables, inagotables y limpias.
Establecimiento de políticas de exportación de la materia prima y del producto final.
Programas de ahorro de energía particularmente en relación con el transporte de cargas y pasajeros a larga distancia. Rehabilitación del servicio ferroviario.
La participación de las organizaciones de los productores.
El abastecimiento local tanto para asegurar la satisfacción de la demanda o necesidades de los  procesos productivos e industriales (elaboración del agrocombustible) como la generación de energía eléctrica.
La no autorización de desmontes de bosques nativos con la finalidad de instalar cultivos que tengan por destino la producción de agrocombustibles.
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Sin dejar de reconocer la importancia que tienen los controles de calidad tanto del producto primario como de las mezclas, que son los aspectos que principalmente trata la ley nacional cuya adhesión está en estudio, el Foro Ambientalista Santiago estima que es mucho más importante la atención de los aspectos atinentes a la producción de la materia prima y que en un listado no exhaustivo se mencionan más arriba.
Por último, estimamos como una premisa insoslayable que la total población del país se informe lo mejor posible sobre la cuestión aquí tratada, como parte de la instalación de una política ambiental que apunte a la protección de los recursos naturales y su mejoramiento en un marco de su aprovechamiento racional. La sociedad debe exigir que las promociones de cualquier tipo de actividad, tengan como base principal su sustentabilidad.
Es su derecho, y debe asumir estas cuestiones como propias.


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Ética en biocombustibles

http://www.jovenesenlaciencia.ugto.mx/index.php/jovenesenlaciencia/article/view/145

Puntos principales
  • La energía que demanda producirlos (incluye combustibles fósiles) es mayor que la que se obtiene (por cada 1,27 l de gas-oil usados se genera 1 lt de agro-diesel). Son antieconómicos, y sólo son rentables con subsidios.

  • En el ciclo de producción y consumo generan un 70 % más de emisiones de CO2  que los combustibles fósiles

  • Competencia con alimentos: llenar el tanque de un automóvil implica la cantidad de maíz como para alimentar a un niño durante un año

    • Sobre-explotación de suelos, agua y ecosistemas,implicando mayor desigualdad ( combustible para quienes pueden pagarlo; hambre, erosión y envenenamiento para el resto)


    



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