miércoles, 26 de enero de 2011

La política del avestruz

Nuevamente nos encontramos con un desastre ecológico en la cuenca Salí-Dulce. Los medios locales le dan muy escasa cobertura para la magnitud que tiene (como ejemplos más recientes, ver:

http://www.nuevodiarioweb.com.ar/nota/192326/Locales/Detectan_oxígeno_aguas_embalse.html y
http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=110121RDT&seccion=Interior.)


Como en las anteriores ocasiones, que ya fueron demasiadas, funcionarios locales aseguran que “se harán todos los estudios” pero no especifican qué estudios se harán. Y a la vez lanzan la hipótesis de que la causa de la mortandad de peces es la falta de oxígeno disuelto en el agua. Probablemente sea una de las causas: hay exceso de materia orgánica en el agua y esto causa un desbalance de oxígeno. Pero los estudios que se ocultan a la población muestran sustancias inorgánicas muy tóxicas y de efecto permanente sobre toda la vida que depende del agua de la cuenca -incluso humana-.

La política oficial al respecto es la del avestruz que esconde la cabeza para no percibir el desastre. La página web del Comité de Cuenca tiene información incompleta y desactualizada en un grado muy serio, al punto de hacernos a todos cómplices del crimen ambiental que se está cometiendo.

Los ciudadanos tenemos el deber y el derecho a exigir información detallada y actual de las investigaciones que se hacen: análisis químico del agua, autopsia (o necropsia) de peces y otros animales muertos, los lugares y profundidades de muestreos, así como las condiciones y garantías que se toman, tipos de estudios que se realizan, y en base a qué criterios se elige la metodología. El Poder Ejecutivo tiene el poder y la obligación prioritaria de proteger nuestros recursos naturales.



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