jueves, 15 de diciembre de 2011

30 las toneladas de peces muertos en el lago

 " Un informe del Comité de Cuenca indica, además, que murieron los ejemplares de mayor valor porque se encontraban en época de desove. Es el daño ecológico más importante de los últimos tiempos provocado por las industrias tucumanas. El defensor del Pueblo, Martín Díaz Achával, advirtió que aún hoy los ingenios acumulan vinaza que puede ser volcada a la cuenca."
Informe completo: http://www.elliberal.com.ar/ampliada.php?ID=22605

Cuando sale más caro el collar que el perro

Hoy la industria de Tucumán está causando pérdidas por valor muy superior a su producción. Desde este foro hemos intentado que el tema se comprendiera cuando todavía era facil de revertir, pero las autoridades de nuestra provincia mantuvieron el tema tapado hasta mediados de este año.
La producción que más contamina es la de agro-combustibles (mal llamados "bio") que además tiene la siniestra caracteristica de transformar alimento humano  en combustible para vehículos. Lo más ridículo: el estado nacional la promueve con subsidios y excenciones.
A principio del año 2008, desde el foro advertimos lo que pasaría en una serie de artículos, hoy reproducimos uno:


LEY DE PROMOCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES

El Foro Ambientalista Santiago señala defectos en su fundamentación y pide que se la revise antes de proceder a su adhesión por parte de la Provincia.

Roberto Felipe Gayraud - Roberto Jorge Rabello
(ingenieros agrónomos)                 

 
En las comisiones internas de la Cámara de Diputados avanza el estudio y análisis de adhesión a la ley nacional que impone un régimen de regulación y promoción para la producción y uso sustentables de los biocombustibles.
 Entre los fundamentos se menciona que esta actividad genera beneficios económicos a las zonas en las cuales se instalen cultivos con tal destino y las plantas de producción de los mismos, pero en los cálculos económicos no se han tomado en cuenta el costo ambiental, el costo social, ni el balance energético.
En nuestra provincia el avance de la producción agropecuaria no se está logrando por aumento de rendimientos, sino arrasando el monte natural para anexar superficie cultivable. El severo daño que se está produciendo al ecosistema expulsa a los campesinos de su medio original y vital, obligándolos a vivir en cordones de miseria que van creciendo alrededor de las ciudades y barrios miserables dentro de las mismas. Ostracismo social que se cumple con un sentimiento generalizado de desaliento y frustración.
El Foro considera que el perjuicio que puede ocasionar a la economía esta alternativa de producción de biocombustibles es mayor al beneficio. Se debe tener presente que economía es la “ciencia de la administración de los recursos escasos”, de modo que aún un alivio o estímulo financiero para el Estado, muchas veces es antieconómico, por lo que resulta opuesto al bienestar general.
Pero la falacia más grande en la fundamentación  de esta ley está en sostener que es “un camino tendiente a preservar el medio ambiente”. Si bien es cierto que la combustión de los biocombustibles genera menos gases contaminantes que la de combustibles fósiles, al considerar todo el proceso de su producción, el balance positivo resulta muy pobre o se torna negativo. El desmonte de superficies para dedicarlas a la producción de materia prima con tal destino, significa el exterminio de un auténtico pulmón atmosférico que fija el contaminante anhídrido carbónico y exhala oxígeno que la enriquece; el proceso de producción comienza con el transporte de la semilla al lugar de plantación y termina con la entrega en la planta industrial y todo ello demanda un consumo considerable de combustible y utiliza insumos altamente contaminantes como son los insecticidas, herbicidas, fertilizantes y agroquímicos en general. Por tal motivo es que el Foro decide la presentación de este documento que procura resumir su opinión sobre la materia, fundado en una abundante información que dispone de variados orígenes, desde los del más alto nivel científico a comentarios periodísticos bien fundados.
Ante todo vale la pena señalar que el uso del prefijo “bio” genera una falsa impresión de amigabilidad ambiental; debería denominárselos “AGROCOMBUSTIBLES” pues su origen está en la agricultura.
Un estudio publicado en la revista Science aseguraba que el incremento de la producción de agrocombustibles podría “instalar” en la atmósfera nueve veces más dióxido de carbono (CO2) durante las próximas tres décadas, que los combustibles fósiles. El trabajo ha sido el primero en calcular el impacto de las emisiones de CO2 de los agrocombustibles en todo su ciclo productivo. Asimismo, sus responsables, un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds y del World Land Trust, del Reino Unido, consideraban desacertado destruir bosques para instalar en su superficie cultivos destinados a producir agrocombustible, ya que con ello se estaría liberando el CO2 acumulado en los árboles durante su crecimiento, además de lo antes citado en cuanto a que los bosques actúan como pulmones de la atmósfera. Se debe tomar en cuenta que la eliminación de los bosques causará un desastroso impacto ambiental al desaparecer uno de los principales elementos sostenedores de la biodiversidad, de la defensa de la calidad productiva de los suelos, y de la aparición de fenómenos erosivos, y hasta desequilibrios en el clima.. La última etapa de esta cadena está en la desertificación total, tanto económica como poblacional y cultural.  Y todo ello ocurrirá en un momento crítico de nuestro planeta en que el cambio climático ya ha dejado de ser una amenaza para transformarse en realidad. Mientras tanto se continúa con este desatinado actuar… y las topadoras avanzan. 
En el caso del bioetanol, cuya producción es la idea puesta en marcha en Frías, un estudio del ecólogo de la Universidad de Cornell David Pimentel publicado en 2005 demostraba que el balance energético del etanol a partir de maíz es negativo, no se conoce en relación al uso de la caña de azúcar. Para el caso maíz, la energía necesaria para producirlo es superior a la que genera. Además,  requiere para su producción gran cantidad de agua, combustible fósil, insumos contaminantes y originará el desplazamiento de pobladores y pequeños productores, ancestrales ocupantes de la tierra, por el avance descontrolado de la frontera agropecuaria.
Ante estas situaciones nos deberíamos preguntar ¿por qué la insistencia y urgencia de embarcarnos en la aventura de agrocombustibles mientras el mundo entero cada día los cuestiona más? ¿Estará en consideración el hecho de la transitoriedad de la estructura económico-operativa que se genera, por su inevitable reemplazo cuando -como inexorablemente ocurrirá-, se desarrollen fuentes de energía inagotables y limpias, principalmente la solar y la eólica?
También nos preguntamos ¿por qué aún no hay legislación que prohíba la minería a cielo abierto, que está ocasionando tanto daño en otras provincias? O ¿porqué no se respeta la Ley Provincial  6321 de 3 de Setiembre de 1996. “Normas Generales y Metodología de Aplicación para la Defensa, Conservación y Mejoramiento del Ambiente y los Recursos Naturales”, reglamentada y aún en vigencia?
Esta antítesis entre producción sustentable en el discurso y aceleración especulativa alocada en los hechos, está deteriorando la calidad de vida de santiagueños y argentinos. Recordemos que días atrás fue echado el embajador Raúl Estrada Oyuela, quien era representante para asuntos ambientales internacionales de la Cancillería -esa área fue disuelta- por haber dicho que Argentina "no tiene política ambiental". Pareciera que ya que  no podemos malvender las joyas de la abuela pues es asunto finiquitado, pero nos estamos metiendo con la comida de nuestros nietos.
Y no debemos soslayar el problema ético de utilizar tierras agrícolas para ·”fabricar” combustible en lugar de comida. Hay resoluciones de la FAO y organizaciones reconocidas mundialmente que afirman que el remedio puede ser peor que la enfermedad: Esta es otra de las críticas más fuertes a la producción de agrocombustibles sin restricciones en cuanto a la capacidad productiva de los suelos que ocupa u ocupará. El uso de tierras de “pan llevar”  para producir gasoil o etanol profundizará el problema del hambre, que es un mal endémico en vastas regiones de nuestro planeta. Por otra parte la menor producción de alimentos implicará el aumento correlativo de los precios acentuando los problemas de alimentación de los sectores más cadenciados. Esta situación ya se ha manifestado en Méjico con el maíz que Estados Unidos absorbe para la fabricación de etanol.
Corresponde, asimismo examinar LA SUSTENTABILIDAD DE LA PRODUCCIÓN DE MATERIA PRIMA PARA LA ELABORACIÓN DE LOS AGROCOMBUSTIBLES, PUES SIN LA SEGURIDAD DEL ABASTECIMIENTO CONTINUO DE LAS PLANTAS INDUSTRIALES, DE NADA VALDRÁ CUALQUIER DISPOSICIÓN REGLAMENTARIA QUE APUNTE A PROMOCIONAR, REGULAR Y CONTROLAR LOS PROCESOS INDUSTRIALES Y LA CALIDAD DEL PRODUCTO.

Principales situaciones que se deben considerar

PROBLEMAS DE PRODUCCION que tienen que ver con la demanda de fertilidad de suelo y el agua que puedan requerir los cultivos a implantar (para nuestra provincia, ambos recursos son escasos o con una pobre infraestructura para su aprovechamiento eficiente), y limitados conocimientos de los productores para su uso racional.

PROBLEMAS SOCIALES que pueden generarse por la expulsión de población campesina que a cualquier título son ocupantes ancestrales de tierras posibles de ser reclamadas por el programa de producción de agrocombustibles, lo que agregaría un elemento más a los problemas de tenencia de la tierra actualmente existentes.

PROBLEMAS ÉTICOS generados por la ocupación de tierras de “pan llevar” actualmente utilizadas para ese fin, lo  que puede determinar escasez de alimentos y consecuentes aumentos en sus precios.

PROBLEMAS ECOLÓGICOS derivados del deterioro de la capacidad productiva de los suelos por la posible predominancia de monocultivos anuales, acrecentamiento de la presión de fertilizantes, pesticidas y herbicidas (altamente contaminantes), y desmontes.

PROBLEMAS DE DESCONOCIMIENTO (o en discusión), entre ellos y quizás el más importante, el balance energético (energía demandada para producir versus energía generada). De no existir un claro saldo energético favorable de la especie vegetal que se pretende utilizar, su uso sería un desatino. Precisamente dos de los cultivos más mencionados como de posible utilización para la elaboración de agrocombustibles son la soja y el maíz con sus respectivos balances energéticos muy discutidos, y en el caso de la soja como contribuyente al deterioro de la capacidad productiva de los suelos y requeridora de suelos con buena fertilidad y humedad.

EXPORTACIÓN tema que no está incluido en la ley nacional. En forma alguna debe permitirse la exportación de agrocombustibles hasta tanto haya sido superado nuestro déficit en la materia, así como también materia prima con tal finalidad (situación que hoy se está dando en nuestro país).



A partir de esta fundamentación o presentación, el Foro Ambientalista Santiago opina y aconseja que en los estudios u opiniones previas se incluya:

La identificación de las especies vegetales que se piensan promocionar, con la cita de su balance energético y su demanda en materia de fertilidad de suelos y agua.

El análisis y dictamen sobre las modalidades de cultivo (anuales, plurianuales o permanentes), mono-cultivos y rotaciones.

El destino de las producciones primarias. Las plantas industriales: localización y capacidad operativa, y demanda de materia prima.

El destino del biocombustible y aprovechamiento de los desechos o residuos de cultivos e industrialización (biocombustibles de 2º generación).

La formulación de una nueva matriz energética donde intervengan, en reemplazo de los combustibles fósiles, otras alternativas renovables, inagotables y limpias.

Establecimiento de políticas de exportación de la materia prima y del producto final.

Programas de ahorro de energía particularmente en relación con el transporte de cargas y pasajeros a larga distancia. Rehabilitación del servicio ferroviario.

La participación de las organizaciones de los productores.

El abastecimiento local tanto para asegurar la satisfacción de la demanda o necesidades de los  procesos productivos e industriales (elaboración del agrocombustible) como la generación de energía eléctrica.

La no autorización de desmontes de bosques nativos con la finalidad de instalar cultivos que tengan por destino la producción de agrocombustibles.

Sin dejar de reconocer la importancia que tienen los controles de calidad tanto del producto primario como de las mezclas, que son los aspectos que principalmente trata la ley nacional cuya adhesión está en estudio, el Foro Ambientalista Santiago estima que es mucho más importante la atención de los aspectos atinentes a la producción de la materia prima y que en un listado no exhaustivo se mencionan más arriba.

Por último, estimamos como una premisa insoslayable que la total población del país se informe lo mejor posible sobre la cuestión aquí tratada, como parte de la instalación de una política ambiental que apunte a la protección de los recursos naturales y su mejoramiento en un marco de su aprovechamiento racional. La sociedad debe exigir que las promociones de cualquier tipo de actividad, tengan como base principal su sustentabilidad.

Es su derecho, y debe asumir estas cuestiones como propias.

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