http://www.laverdadfunenseweb.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=314%3Apodemos-tener-una-zona-sin-agroquimicos-y-podemos-producir-para-ganar-lo-mismo-o-incluso-mas
Danilo Sorti, el ingeniero agrónomo encargado de asesorar desde el Municipio el proceso de reconversión productiva de los campos que lindan con la zona urbana, le confirmó a La Verdad Funense que cuatro productores iniciarán en marzo el cambio de sistema, de convencional a orgánico. El histórico cambio se produce luego de que el Concejo municipal prohibiera las fumigaciones en los primeros 500 metros de las extensiones periurbanas
El ingeniero agrónomo Danilo Sorti llegó a Funes de la mano de Jorge Hein y su esposa Gabriela, quienes son asesorados por él en su proyecto de producción de dulces orgánicos en un campo que linda con la zona norte de la ciudad. Su experiencia fue aprovechada por el Municipio para ofrecer una alternativa a los productores que se vieron obligados a dejar de fumigar con agroquímicos en los primeros 500 metros de cada campo lindante con la zona urbana. Sorti les explicó que esas extensiones no tenían por qué transformarse en zona muerta y podían volcarse al sistema de producción orgánica que, según él, después de un período de transición, ofrece la posibilidad de realizar negocios tan buenos o mejores que los que propone el método convencional: "La buena noticia es que podemos tener una zona sin agroquímicos y podemos producir para ganar lo mismo, o incluso más".
—¿Cómo llegó a asesorar a los productores en este proceso de reconversión productiva?
—El primer contacto viene a partir de Jorge Hein y su esposa Graciela, que fueron convocados unos meses atrás cuando se pretendía armar algo para favorecer la producción orgánica, y yo participé de algunas reuniones. Allí hablé con la gente de la Municipalidad, le gustó mi perfil y mi visión de las cosas, y a partir de ahí decidieron tomarme para trabajar con los productores. Con Jorge y Graciela nos conocemos desde el 2005. He venido trabajando con ellos, además de capacitarme por mi cuenta, porque hay que tener en cuenta que la producción orgánica no la vas a estudiar en un master en la facultad, o en un doctorado, y casi no va la vas a estudiar en la currícula normal. Esto ha sido mucho desarrollo autodidacta.
—¿Cómo llegó a asesorar a los productores en este proceso de reconversión productiva?
—El primer contacto viene a partir de Jorge Hein y su esposa Graciela, que fueron convocados unos meses atrás cuando se pretendía armar algo para favorecer la producción orgánica, y yo participé de algunas reuniones. Allí hablé con la gente de la Municipalidad, le gustó mi perfil y mi visión de las cosas, y a partir de ahí decidieron tomarme para trabajar con los productores. Con Jorge y Graciela nos conocemos desde el 2005. He venido trabajando con ellos, además de capacitarme por mi cuenta, porque hay que tener en cuenta que la producción orgánica no la vas a estudiar en un master en la facultad, o en un doctorado, y casi no va la vas a estudiar en la currícula normal. Esto ha sido mucho desarrollo autodidacta.
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—¿Por qué no quiso trabajar más en lo convencional?
—Porque entendía que hay otra forma de producir. Que se puede producir bien. Que la producción convencional genera un drama muy importante, oculto hasta ahora. Y cuando digo que no se ve quiero decir que no se paga. Si vos tuvieras que pagar la harina, las galletitas, la soja, con el plus del daño ambiental que está causando, o el costo de descontaminar o recuperar, que no está exactamente medido, ¿cuánto tendrías que pagar?
Todo este sueño de comida barata, que nos viene de la posguerra, se va al tacho. Entendí eso. Yo creo en Dios y entendí que no era la forma, porque Dios diseñó las cosas para que funcionen. Y esa fue mi convicción.
—Y de repente llegaste a Funes, donde te esperaban productores indignados frente a una ordenanza que les impedía utilizar el método tradicional de pulverizaciones con agroquímicos en los 500 metros de su campo que fueran lindantes con la zona urbana. ¿Cómo fue esa experiencia de intentar mediar en ese conflicto?
—Esto es una guerra tonta. Y los ingenieros agrónomos tendríamos que asumir parte de la culpa. Y cuando digo ingeniero agrónomo no me refiero solamente al que está "pateando" el campo, sino a todo el sistema (ingenieros agrónomos, facultad de agronomía, INTA).
Tengamos en cuenta que la producción orgánica certificada por ley existe en la Argentina desde el año 1992-93, y en el mundo se conoce desde tiempo antes. Si nosotros hace diez años hubiéramos dicho "esto nos va a llevar a un conflicto, empecemos con esto de una manera progresiva", hoy las cosas serían muy distintas.
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¿Exportan a Europa?
—No. Ahora no, porque si bien todo lo que se certifica como orgánico en la Argentina entra sin problemas en Europa, les resulta mucho más barato comprarle a los países de Europa del Este, que comenzaron a producir orgánico. Para nosotros, desde hace unos años pasó a ser más importante el mercado americano.
Resulta interesante que en un mundo en crisis el mercado orgánico sigue creciendo. Porque las dos principales motivaciones que se ven en todas las encuestas para el consumo de orgánicos son la salud y la preocupación por el medio ambiente. Yo pregunto: de acá a veinte o treinta años, ¿la gente va a dejar de preocuparse por su salud? ¿va a dejar de preocuparse por el medio ambiente? Todo lo contrario. Después tendremos que charlar el tema precio. Hoy tenemos sobreprecios muy interesantes, pero no sé si se van a mantener.
—¿Cuáles son los sobreprecios con respecto al producto convencional?
—Una soja orgánica, puede llegar –no digo que siempre lo sea- a valer el doble. Hablando siempre de exportación de commodities orgánicos.
—Y tienen menos retenciones.
—La soja orgánica tiene un 9 por ciento de retención y el resto de los cereales un 5 por ciento.
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Pero soy perfectamente consciente de que nadie que esté viviendo de la producción agropecuaria puede hacer este cambio de un día para otro. Yo creo que es algo que se puede hacer bien, en tiempos razonables y paulatinamente.
—¿Qué le diría a un productor que todavía no está afectado por la normativa?
—Si yo tuviera que decirle algo a un productor que no esté afectado por la normativa, pero que lo pueda estar en el futuro, o que simplemente no esté contento con la forma de producir y el daño que se está produciendo a los recursos productivos o ambientales, lo que yo le diría es que empiece con una superficie que no signifique para él un grave perjuicio económico y que aprenda con todo eso. Que busque la gente que sabe, porque hoy hay más recursos que en otros tiempos. Que no espere que el día de mañana haya una nueva ley que afecte el sistema de producción convencional. Que empiece ahora.
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