“QUOUSQUE TANDEM
CATILINA ABÚTERE PATIENTIA NOSTRA”
Cuenta la historia que esta
reconvención la efectuó Cicerón a Catilina en el Senado Romano cuando éste en
una actitud antiética, subversiva y desestabilizante pretendió encaramarse en
ell poder derrocando al entonces Cónsul romano. Su intento fue abortado luego
de la lectura de las Catilinarias en las que Cicerón descubre el ardid del
traidor. Su traducción tiene el siguiente significado: “¿CATILINA, HASTA
CUANDO ABUSARÁS DE NUESTRA PACIENCIA?”
Bien valdría la pena aplicarla en la
actualidad al Gobernador de San Juan José Luis Gioja y a sus socios de las
empresas mineras que operan en ese territorio. Demasiados han sido los engaños
a los que sometió a su pueblo hasta llegar a esta instancia de la que difícilmente
podrán retornar. Han sido tantas las evidencias, tantas las mentiras, tanto los
despropósitos de la maraña con que se intentó tapar el accidente de Veladero
que aún hoy a un montón de días, más precisamente casi dos meses, de su salida
a la luz, siguen aportando datos cada vez mayores sobre el desastre acontecido.
Como a veces la memoria, por la
inmediatez de los tiempos nos suele jugar malas pasadas, es bueno recordar como
comenzó el sinceramiento de la situación, por parte de la Barrick, en cuanto a
lo ocurrido y su magnitud.
La primera noticia brindada cuando el
ocultamiento era inviable, fue que por rotura de una cañería por el frío
reinante, habían escapado del valle de lixiviación, tan solo 5.000 lts de
solución cianurada; cuando advirtieron que la cifra era poco significativa y
creíble para tamaño accidente, la elevaron a 224.000 lts.. En la declaración
efectuada por los representantes legales de la empresa Drs. Jimena Daneri y
Marcos Conca ante el Juzgado interviniente de la ciudad de Jáchal, se habla de
un poco más de 1 millón de litros derramados los cuales, por la
conformación de la cuenca, tienen como destino el río Potrerillos integrante de
la zona imbrífera del río Jáchal.
Sobre esa cifra se estructura el
dictamen del Juez Dr. Oritja y una serie de presunciones que en parte se
basan en la información brindada por la empresa tales como la fecha del derrame
o el nivel de la solución en el valle de lixiviación.
Sin embargo, existe una información
filtrada a posteriori, se trata de la comunicación enviada por la empresa a la
Secretaría de Minería de San Juan. En este caso los datos brindados por la
comisión integrada por el Jefe Ejecutivo Técnico Basie Maree y el Director
Senior de Metalurgia Steve Haggarty mencionan que el volumen del derrame
asciende a 5.242.000 lts. En ese informe también, analizan el comportamiento de
la válvula de venteo marca Dorot de fabricación israelí, a cuyo desperfecto se
le atribuye gran parte del accidente, sin embargo resulta poco creíble frente a
la magnitud del derrame y al lapso de vertido.
En cuanto al tiempo se presenta una
discusión con dos extremos: las diez horas de la información empresaria y los
69 días (A PARTIR DEL 17 DE AGOSTO), con anomalías de funcionamiento permanente
del valle de lixiviación, que se plasma en el dictamen judicial cuyo
sinceramiento es solo producto de lo manifestado por Barrick y seguramente de
algún consejo o sugerencia surgida de funcionarios de la Secretaría de Minería
de San Juan. Esas manos, se transparentan en el dictamen no solo por algunas
precisiones del mismo sino por el hecho que el Juez para su confección no se
valió del recurso de los Peritos judiciales que en estos sucesos se prevéen.
Entre los dos valores expresados
más arriba, se desenvuelven las presunciones de un pueblo angustiado por su
futuro y las versiones de la minera que cada día que pasa resultan más
inverosímiles. Sus mentiras ya no alcanzan para cubrir el desastre ambiental
que la explotadora de Veladero realiza en zona glaciaria y periglacial donde la
intervención humana se encuentra absolutamente prohibida por la ley de
presupuestos mínimos para la protección de glaciares y del ambiente
periglacial.
Mis dos informes anteriores: 21 de
setiembre y 28 de setiembre incursionaban en las causales del accidente y las
cifras del derrame que para ese entonces aparentaban ser descabelladas. Poco a
poco nos vamos acercando a ellas y estoy seguro que las superaremos cuando se
descubra que lo que ellos, actualmente, argumentan como una anomalía
transitoria ha sido una practica habitual. “TOTAL NADIE IBA A IR A CONTROLAR
EL NIVEL DE LA SOLUCIÓN CON SEMEJANTE CLIMA Y CON TAMAÑA ALTURA”. Entonces
todo se operó a “gusto y piacere” de la minera.
Puedo asegurar, sin temor a dudas, que
la mancha de contaminación con metales pesados se va a terminar manifestando no
solo en las aguas corrientes superficiales afluentes del río Jachal, sino
también en las subterráneas que vaya uno a saber donde tendrán su punto de
afloramiento.
La paciencia y credibilidad del pueblo
tiene un límite y éste a veces, por exceso de confianza suele ser rebasado, es
entonces cuando como dijo una líder política argentina de otros tiempos: “EL
PUEBLO CANSADO HACE TRONAR EL ESCARMIENTO”.
Dr. Carlos A. Seara
Geólogo
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