Faltó en París el empuje y el entusiasmo en la
calle del medio millón de manifestantes que podían esperarse, pidiendo justicia
climática. La matanza del 13 de noviembre de centenares de personas jóvenes
quitó el ánimo de quienes iban a manifestarse, tanto de los parisinos como los
que iban a llegar de fuera. Como ocurrió tras el 11 de septiembre 2001, la
agenda alternativa de los movimientos socio-ambientales en el Norte y en el
Sur, es brutalmente aplazada y desviada por esos atentados masivos y por las realidades
de las guerras (aunque sean guerras por petróleo). Los valientes esfuerzos de
manifestarse para pedir un clima de paz en las calles de París no
pudieron sustituir la masa de gente en la calle que hubiera presionado a los
gobernantes mundiales.
Los resultados de la conferencia de cambio climático son
presentados como un éxito por unos, y negativamente por otros. La visión
negativa está justificada pues no hay compromisos vinculantes de reducción de
emisiones, y tampoco en la práctica se ha reconocido la deuda climática que
tienen históricamente los países industrializados. Estados Unidos y la Unión
Europea boicotean desde hace años el reconocimiento de esta deuda, así se
protegen y protegen a sus empresas de juicios por daños causados al clima
mundial, como la desaparición de glaciares y la subida del nivel del mar. No
hay motivos de celebración porque las emisiones de gases de efecto invernadero
continuarán aumentando durante unos años si no las frena una crisis económica
que alcance a China e India. La sobre-oferta actual de combustibles fósiles y
su precio barato, y también la deforestación, hacen improbable que se limite el
aumento de temperatura, contrariamente a lo proclamado en París. La
concentración de dióxido de carbono en la atmósfera seguirá aumentando.
Dentro de este panorama, se propone desde los movimientos
de justicia ambiental continuar las acciones locales (con repercusión global)
para dejar el carbón, el petróleo y el gas en tierra. Esa propuesta de
moratoria que Oilwatch propuso ya en 1997 en Kyoto en las reuniones
alternativas, está más fuerte que nunca. Es lo que Naomi Klein
llama blockadia y Oilwatch llama irónicamente el anexo 0. Desde
el tratado de cambio climático de Río de Janeiro de 1992, los países fueron
clasificados en los del Anexo 1 (que se comprometían a rebajar emisiones) y los
demás, que todavía no se comprometían pero que en los meses anteriores a París
han presentado propuestas. En conjunto, las propuestas presentadas en París,
que no son obligatorias, no significan una disminución, sino un aumento de las
emisiones.
Este fracaso motiva a quienes propugnan el anexo
0 cuyos integrantes son los movimientos locales que consiguen que se dejen
combustibles fósiles en el subsuelo. Por ejemplo, los alemanes del movimiento
Ende Gelände que paran minas de lignito o los manifestantes que pararon con
resistencia no violenta la construcción del oleoducto Keystone XL en Estados
Unidos. O los lugareños que en Sompeta en Andhra Pradesh en la India
consiguieron parar (a costa de algunos muertos propios) la extracción de carbón
y la construcción de una enorme central termoeléctrica que destruiría su
ecosistema y modo de vida local. O los indígenas guaraníes de Takovo Mora en
Bolivia que rechazan la exploración petrolera en su territorio, y que en agosto
del 2015 bloquearon la vía Santa Cruz-Camirí, lo que llevó a la intervención de
un contingente policial cuyos excesos de violencia allanando viviendas y
gasificando a la comunidad, fueron denunciados localmente. Hay cientos de casos
parecidos hoy mismo en el mundo, incluidos bastantes contra elfracking del
gas. Esos casos serían los del anexo 0.
*ICTA-Universitat Autònoma de Barcelona
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2015/12/13/opinion/022a1eco#texto
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Publicado el Domingo, 13 Diciembre 2015 07:31
Comunicado de Prensa de la Via Campesina, de la Coordinadora Europea Campesina,
y de la Confédération Paysanne
(Paris, el 12 de Diciembre de 2015)
Luego de dos semanas durante las cuales los jefes de Estado tomaron el centro
del escenario para tranquilizar sus conciencias, la COP21 ha presentado un
acuerdo que muchos temían por adelantado no ofrecería nada bueno para los
pueblos del mundo. Nada de su contenido es vinculante para los estados, las
contribuciones nacionales nos llevan hacia un calentamiento global de más de
3°C, y las multinacionales son los principales beneficiarios. Fue esencialmente
un circo mediático. Sin embargo, a la hora de firmar acuerdos de libre
comercio, ahí sí los Estados saben cómo hacer compromisos vinculantes. Esos
acuerdos amenazan el funcionamiento democrático de los países con sólo servir a
los intereses de las multinacionales. Una vez más, es evidente que el dinero
dicta la ley, incluso con prioridad sobre el futuro de la humanidad.
"A pesar de los múltiples intentos
de silenciarnos estas últimas semanas, los movimientos sociales hoy han hecho
oír su voz", dijo Antolín Huáscar, dirigente campesino de Perú. "El
futuro del planeta está en manos de los pueblos," agregó.
Los campesinos de todo el mundo, de las
organizaciones miembros de Vía Campesina, se reunieron para advertir a los
demás de que el sector agrícola está siendo severamente afectado. Mientras que
ellos son los guardianes de un clima cambiante, ellos subrayan que la
agricultura industriallos amenaza de desaparición. Al mismo tiempo, la COP21
está abriendo más la puerta a la especulación financiera sobre la naturaleza,
la industrialización de la agricultura, y la aceleración del acaparamiento
derecursos.
"Nosotros, los campesinos del
mundo, ahora volveremos a nuestros territorios y fincas aún más decididos a
seguir nuestra lucha por la soberanía alimentaria por todos los pueblos del
mundo", concluyó Huáscar.
La mascarada puede haber terminado, pero
la lucha campesina sólo continuará ganando fuerza.
Contactos Prensa:
++++
Amigos de la Tierra Internacional:
El acuerdo sobre clima de París es una farsa
París, Francia, 12 de diciembre de 2015. El acuerdo sobre clima que se
alcanzará hoy es una farsa, según Amigos de la Tierra Internacional.
“Los países ricos se han alejado tanto de los objetivos iniciales que
nos han dejado un acuerdo que es una farsa. Mediante compromisos fragmentarios
y tácticas de intimidación, los países ricos han promovido un acuerdo
extremadamente negativo”, afirmó Sara Shaw, coordinadora del programa Justicia
Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional.
“A pesar de la publicidad positiva, el acuerdo de París no logra colmar
las expectativas. Los políticos afirman que es un acuerdo justo y ambicioso,
pero es exactamente lo opuesto. Se está engañando a la gente”, afirmó Dipti
Bhatnagar, coordinadora del programa Justicia Climática y Energía de Amigos de
la Tierra Internacional.
“Las comunidades afectadas y las más vulnerables merecen algo mejor que
este acuerdo insuficiente; son las que sufren los peores impactos de que los
políticos no adopten medidas lo suficientemente drásticas”, añadió.
Los países ricos deben reducir rápidamente sus emisiones y proporcionar
financiación y ayuda a los países en desarrollo para ayudarlos a adaptarse a
los impactos del cambio climático, según Amigos de la Tierra Internacional. Sin
embargo, no están reduciendo sus emisiones de carbono y la financiación que han
ofrecido es totalmente insuficiente.
En París, los países ricos han desmantelado la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para que se adapte a sus propias
necesidades. La Convención sobre Cambio Climático establece que los países
ricos que son los más responsables de la crisis climática deben contribuir de
manera equitativa para combatirlo.
Según Amigos de la Tierra Internacional las negociaciones de París
tienen tres problemas fundamentales:
- El acuerdo de París establece 2°C como el límite de aumento de la
temperatura del planeta y que los países deberían esforzarse por limitar el
aumento de la temperatura a 1,5°C. Esto es insignificante si no se exige al mismo
tiempo que los países ricos reduzcan drásticamente sus emisiones de conformidad
con el principio de distribución equitativa. Además, coloca una carga adicional
a los países en desarrollo. A fin de evitar un cambio climático descontrolado
debemos reducir las emisiones de manera drástica y urgente, en lugar de
postergarlo.
- Sin compensación por el daño irreparable, los países más vulnerables
pagarán los platos rotos de una crisis que no provocaron.
- Si no tienen financiación suficiente, los países pobres tendrán que
pagar por un problema que no provocaron. Los fondos existen, falta la voluntad
política.
Jagoda Munic, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional declaró:
“En lugar de actuar con ambición y urgencia, nuestros gobiernos están
actuando a favor de los intereses de los lobbies poderosos y de las empresas,
pero la gente está retomando el poder. No se hará historia en el centro de
conferencias, sino en las calles de París y en todo el mundo. El movimiento por
la justicia climática es imparable y seguirá creciendo en 2016 y después. Unos
cuantos políticos no lograrán detener la revolución energética”.
Hoy (sábado, 12 de diciembre) más de 2.000 activistas de Amigos de la
Tierra Internacional se sumaron a otros miles en una manifestación pacífica en
París para enviar al mundo un mensaje de justicia climática y paz en toda la
ciudad. [1]
Amigos de la Tierra Internacional es una de las organizaciones de la
sociedad civil que ha utilizado la plataforma El Clima bajo la lupa de los
pueblos 2015 para evaluar el acuerdo sobre clima de París.
Las demandas abarcan pilares fundamentales de lo que constituiría un
acuerdo justo: el compromiso de mantener el calentamiento global por debajo de
1,5 grados celsius y dividir el presupuesto de carbono mediante la aplicación
del principio de distribución equitativa; financiación y ayuda de conformidad
con la deuda climática de los países ricos; un cambio de sistema justo; y
justicia para las comunidades, incluida la compensación por el cambio climático
irreparable. [2]
PARA MÁS INFORMACIÓN
Sara Shaw, coordinadora de Justica Climática y Energía
de Amigos de la Tierra Internacional: + 33 6 71 71 38 31(hasta el 12 de
diciembre) o + 44 79 74 00 82 70 o correo electrónico: sara.shaw@foe.co.uk
Lucy Cadena, coordinadora de Justica Climática y
Energía de Amigos de la Tierra Internacional:+44 7580 270129o +33 6 07103962
(hasta el 12 de diciembre) o correo electrónico: lucy.cadena@foe.co.uk
Dipti Bhatnagar, coordinadora de Justica Climática y
Energía de Amigos de la Tierra Internacional: +33 6 07 10 17 28 (hasta el 14 de
diciembre) o correo electrónico: dipti@foei.org
Asad Rehman, portavoz de Amigos de la Tierra
Internacional en la cumbre de París, + 33 753 92 59 04 (hasta el 13 de
diciembre), o correo electrónico: asad.rehman@foe.co.uk
Jagoda Munic, presidenta de Amigos de la Tierra
Internacional, Tel: +33 (0) 6 07 104 213, correo electrónico: jagoda@zelena-akcija.hr
Línea de prensa de Amigos de la Tierra Internacional:
Tel: +31 (0) 6 51 00 56 30 o +33 (0) 6 07 104 509, correo
electrónico: media@foei.org
NOTAS:
[1] Miles de personas escribieron “Paz y Justicia
Climática” en las calles de París utilizando un programa de geolocalización
registrado en Internet aquí: http://www.climatejusticepeace.org/
Tras la manifestación de Amigos de la Tierra
Internacional hay una serie de manifestaciones pacíficas planificadas por una
amplia coalición de organizaciones como la coalición francesa Climat 21.
Las manifestaciones incluyen la reunión “Estado de
Emergencia Climático” en la Torre Eiffel, coorganizada por Amigos de la Tierra
Francia, Alternatiba y grupos aliados, y una acción denominada “Red-Lines”
organizada por 350.org, ATTAC y
otras organizaciones.
+++
Fundación Rosa Luxemburgo
Domingo, 13 de diciembre 2015
Inhumano, engañoso y esquizofrénico
La Cumbre climática de la ONU en París llegó,
efectivamente, a un acuerdo. Pero a la luz de lo que hay que hacer con el fin
de evitar un caos climático incontrolable, es demasiado débil.
Dentro de la lógica tortuosa de la diplomacia climática de
la ONU, el acuerdo puede parecer como un gran paso adelante. Pero a la luz de
los millones de personas que ya son víctimas del cambio climático, sería cínico
usar eso como vara para juzgar el resultado de las negociaciones en París. Si
utilizamos un criterio como las reducciones de emisiones drásticas que en
realidad sería necesario, el acuerdo es en realidad inhumano, engañoso y
esquizofrénico.
Es inhumano, ya que simplemente acepta el hecho de que los
medios de vida de millones y millones de personas serán destruidos con el fin
de mayores ganancias y de mantener el nivel de vida de los ricos. El hecho de
que el grado límite de 1,5 aparece en el texto es a lo sumo una victoria hueca,
dado que el tratado ni una sola vez menciona el hecho de que con el fin de lograr
este objetivo, el 90 por ciento de los combustibles fósiles del mundo tendrían
que permanecer en el suelo, y que las emisiones globales tendrían que reducirse
hasta en un 95 por ciento en 2050. ¿Cómo es que el acuerdo pretende garantizar
este resultado, si la palabra "descarbonización" ni siquiera llegó al
texto?
El acuerdo también es inhumano porque otorga nada más que
caridad hacia el Sur global, en lugar de consagrar el derecho a ser
indemnizados por los suelos degradados, las islas hundiéndose o los glaciares y
acuíferos desapareciendo.
El acuerdo es engañoso, ya que pretende que el cambio
climático puede ser detenido con cláusulas suaves y no vinculantes en un
acuerdo climático, mientras que los gobiernos que lo firmaron continuan
empujando rígidos acuerdos comerciales, jurídicamente vinculantes, que
profundizan e intensifican el modo destructivo de producción y consumo del
Norte, y contribuyen al debilitamiento de la legislación ambiental y climática
nacional.
Y el acuerdo, por último, es esquizofrénico, ya que
pretende proteger el clima, mientras que el texto, de hecho, hace todo para
proteger las ganancias corporativas. La única respuesta posible a esto es la
siguiente: los movimientos sociales tendrán que impulsar los cambios necesarios
desde abajo.
+++
Una nota de la última Asamblea de Justicia Climática, en
París, 12/12/15
Aunque los grandes nombres / grandes contaminadores habían
marchado de la sala para ir a felicitarse a sí mismos en hoteles de 5
estrellas, los grupos de la sociedad civil se quedaron para dar sus discursos
después de la adopción del acuerdo de París. He aquí lo que dijo Aneesa:
La autocomplacencia en esta sala es palpable. Hemos
escuchado que este momento es "un punto de inflexión para la humanidad y
un mensaje de la luz." Son palabras bonitas, con la sola intención de
proporcionarnos un escape de la realidad.
La negación en esta sala es palpable. Nadie quiere oír la
verdad incómoda, que ya no es el cambio climático en sí, sino más bien el hecho
de que la Gran Evasión del mundo desarrollado se produce a expensas de vidas
reales, cuerpos reales, en el Sur.
La falta de ambición en esta sala es palpable.
Ustedes no "lograron" nada. Lo único que lograron
fue silenciar las voces que se interponían en su camino, permitiendo al poder
seguir su curso. Lograron "business as usual".
Estamos en camino de tres grados de calentamiento, con mera
palabrería respecto a una distribución justa (de responsabilidades/acciones),
sin nueva o adicional financiamiento y una cláusula de exclusión paralizante en
el mecanismo de pérdida y daños. Han fallado la prueba de los Pueblos sobre el
clima.
Pero queridos delegados y dirigentes políticos:
La indignación en esta sala también es palpable. Aunque el
Acuerdo es débil, el movimiento de justicia climática es fuerte. Hoy, el
movimiento por la justicia climática llegó a mayoría de edad. Ahora sabemos que
nuestra dirigencia política no entregará lo que se necesita, no importa cuántas
vidas están en juego. De aquí en más avanzamos unidos.
Vamos a entregar una revolución energética que sirve a las
personas y no a las corporaciones. Vamos a construir la justicia que el Acuerdo
de París no entregó. Somos semillas, y como ustedes nos han enterrado hoy, así
vamos a crecer para recuperar nuestro poder.
Recibido por la lista de Justicia climática en
Paris:
Aunque los grandes nombres / grandes
contaminadores habían marchado de la sala para ir a felicitarse a sí mismos en
hoteles de 5 estrellas, los grupos de la sociedad civil se quedaron para dar
sus discursos después de la adopción del acuerdo de París. He aquí lo que dijo
Aneesa:
La autocomplacencia en esta sala es palpable.
Hemos escuchado que este momento es "un punto de inflexión para la
humanidad y un mensaje de la luz." Son palabras bonitas, con la sola
intención de proporcionarnos un escape de la realidad.
La negación en esta sala es palpable. Nadie
quiere oír la verdad incómoda, que ya no es el cambio climático en sí, sino más
bien el hecho de que la Gran Evasión del mundo desarrollado se produce a
expensas de vidas reales, cuerpos reales, en el Sur.
La falta de ambición en esta sala es palpable.
Ustedes no "lograron" nada. Lo único
que lograron fue silenciar las voces que se interponían en su camino,
permitiendo al poder seguir su curso. Lograron "business as usual".
Estamos en camino de tres grados de
calentamiento, con mera palabrería respecto a una distribución justa (de
responsabilidades/acciones), sin nueva o adicional financiamiento y una
cláusula de exclusión paralizante en el mecanismo de pérdida y daños. Han
fallado la prueba de los Pueblos sobre el clima.
Pero queridos delegados y dirigentes políticos:
La indignación en esta sala también es palpable.
Aunque el Acuerdo es débil, el movimiento de justicia climática es fuerte. Hoy,
el movimiento por la justicia climática llegó a mayoría de edad. Ahora sabemos
que nuestra dirigencia política no entregará lo que se necesita, no importa
cuántas vidas están en juego. De aquí en más avanzamos unidos.
Vamos a entregar una revolución energética que
sirve a las personas y no a las corporaciones. Vamos a construir la justicia
que el Acuerdo de París no entregó. Somos semillas, y como ustedes nos han
enterrado hoy, así vamos a crecer para recuperar nuestro poder.