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17:51 (hace 53 minutos)
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El Ingeniero Agrónomo Pablo Piguin falleció en Bandera con tan solo 37 años de edad. Casado, tres hijos, víctima de un Linfoma producido por el glifosato y agravado por su exposición laboral a ese producto, y otros (muchos prohibidos).
Como era hijo de padres con buena posición económica, recibió todo lo que puede dar la medicina, dentro y fuera del país. Pero fue inútil.
Este joven, y otra media docena, trascienden por su exposición pública. Pero en Bandera hay “muchos otros” que padecen la tragedia del cáncer en el silencio de la pobreza o el "silencio silenciado".
Hoy es una jornada muy triste para Bandera, como lo son todas y cada una de las muertes injustas que cobran soja y agrotóxicos. Transitaremos un nuevo luto social, un luto que imputa tanto a las corporaciones, gobierno, como agricultores genocidas que bien saben nos están matando, lentamente. Cuando pasé por la sala velatoria y vi decenas de toyotas y alta gama, me pregunté: estarán allí para despedir a un amigo o “verificar su obra”.
Espero que estas muertes injustas y anacrónicas superen, en dolor, la avaricia fratricida que no cesa. Estas muertes son un precio que nadie debería pagar. Pasamos de ser un Pueblo Fumigado, a Pueblo condenado a la lotería de la muerte.
Que este suceso obligue a profunda reflexión a los que envenenan, a los que no controlan a los delincuentes y a nos, los envenenados.
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