Por Luisa Corradini
Esas substancias, perfectamente identificadas y documentadas por la ciencia, podrían ser prohibidas, desaparecer de nuestra vida, si existiera la voluntad de aplicar una verdadera política de prevención.
Pero sucede todo lo contrario. La parte oculta del iceberg aparece en "
Menace sur les neurones " ("Amenaza contra las neuronas"), que acaba de publicar en Francia la editorial Actes Sur, de Marie Grosman, especialista en salud ambiental, y Roger Lenglet, periodista y filósofo. Ese libro de investigación desvela un sofisticado sistema que favorece los intereses económicos de lobbies y grupos de presión, bloqueando toda posibilidad de información transparente.
No se trata de un mero balance sobre la importancia que adquieren poco a poco las enfermedades neurovegetativas en la sociedad moderna. Esa minuciosa investigación intenta dejar a la luz los principales factores de riesgo, pero también el silencio cómplice de políticos y otras personalidades frente a la presión de esos sectores de presión.
"¡Somos perfectamente conscientes del problema. Pero hay que ser prudentes. No creen pánico, no asusten a la población. Sería aun más catastrófico!", advierte a los autores un responsable del ministerio de Ecología francés.
Grosman y Lenglet hablan de una hecatombe "enorme y exponencial" que no cesa de empeorar. En Francia, hay 100.000 enfermos de Parkinson y entre 800.000 y un millón de personas padecen Alzheimer. Cada año aparecen 225.000 casos nuevos y cada vez son más jóvenes.
La realidad parece desmentir el viejo adagio que afirma que "la única causa conocida del Alzheimer es el envejecimiento de la población". Para los autores, si la enfermedad aparece en fin de vida es precisamente debido a la acumulación de substancias tóxicas en el cerebro a través de los años.
Pero, ¿por qué no se prohíben esas substancias? ¿Cómo explicar tanto inmovilismo e inercia? El libro explica en detalle hasta qué punto los lobbies industriales condicionan esa parálisis del sector oficial. Más grave aún: Grosman y Lenglet demuestran "las relaciones incestuosas" entre empresas privadas e instituciones de salud pública, que permiten el reembolso de medicamentos, que son en el mejor de los casos inútiles, y a veces directamente peligrosos.
"Menace sur les neurones" no omite ninguno de los elementos que colaboran a la "producción" y mantenimiento de una "sociedad neurotóxica". Un libro, que merece la pena ser leído.
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