lunes, 27 de enero de 2014

Algunos inconvenientes del shale gas y la megaminería


 

Dakota del Norte, las vacas pierden sus colas

La explotación de gas y petróleo de esquisto en los Estados Unidos causa un daño ambiental significativo. En Dakota del Norte, las autoridades miran hacia otro lado.
por Maxime Robin , agosto 2013
ESTUDIO
Granja Sra. Jacki Schilke es el único hogar que treinta y cinco kilómetros de distancia. Este agricultor alrededor de Williston siempre ha negado que las empresas que perforan su tierra, pero varias instalaciones petroleras lindan con sus pastos. Desde 2011, algunos de sus vacas sufren de una extraña enfermedad: pierden peso, ya veces pierden su cola. Por ello pide a las autoridades de Dakota del Norte para evaluar su propiedad. Se distribuye a la escena, los inspectores no encontraron nada anormal.
Mrs. Schilke luego contacte a un experto independiente de Detroit, quien en una muestra de aire tomada sobre la finca, revela varias sustancias: benceno, metano, cloroformo, butano, propano, tolueno y xileno - todos comúnmente asociado con el extracción de petróleo por fracturación hidráulica o fracking. pozos también están en sus cantidades significativas detectadas de sulfatos, estroncio y cromo.Conexiones nerviosas se descubren en su cerebro y en su sangre, huellas de varios metales pesados. En total, perdió cinco vacas, dos perros, varios pollos y una parte de su salud.
Varios testimonios similares a su punto culminante la dificultad de Dakota del Norte para proteger su tierra, entonces un auge petrolero no termina ébaudir de los medios de comunicación. Desde 2011, de hecho, las mismas imágenes se convierten en bucle: torres de perforación que salpican la vasta pradera, enormes colas de camiones, campamentos de trabajadores alojados en un apuro en caravanas etc. El costo ambiental de esta carrera, sin embargo, sigue siendo un misterio. El gobierno local no sabe la cantidad de aceite y se extendió sobre la superficie de la pradera químicos accidentalmente o por negligencia, accidente de trabajo y los informes de que las empresas cumplan con ellos mismos a menudo son falsificados. A todo esto una razón: este pequeño estado agrario, la capital política, Bismarck, no exceda de sesenta mil habitantes, es un refugio político y judicial para las empresas (...)
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DECLARACIÓN CONTRA LA MEGAMENTIRA

Marcha N° 43 en Bariloche contra el saqueo y la contaminación.

 

Las mentiras alrededor de la megaminería son muchas, y eso llevó a la Asamblea de Vecinxs de Bariloche a exponer algunas ante la opinión pública y en la calle. Por esa razón, la marcha 43 fue “la marcha contra la mentira”. A pesar del frío una vecina dijo: “nada nos va a parar, les vamos a gastar las calles a marchas hasta que nos devuelvan la ley anticianuro”. La marcha se detuvo en cada esquina para repartir volantes con la declaración de la Asamblea de Vecinxs  de  Bariloche contra la mentira de la megaminería. Además en cada parada se leía alguna de las mentiras y esto atrajo  la atención de mucha gente que paseaba por el centro cívico de Bariloche.

Es importante comprender que la megaminería la imponen no solo las corporaciones con mucho dinero, sino también un poder político cómplice y algunos medios que buscan confundir la información.

Para esta marcha sobre la mentira nos basamos en fragmentos del libro “15 mitos y realidades  de la minería transnacional en Argentina”, de Svampa y Viale.

Aquí la declaración:

Desde la Asamblea de Vecinxs de Bariloche

contra la megaminería


Declaramos:

 Que no somos fundamentalistas contra todo tipo de minería, sino contra la megaminería a gran escala.

La minería metalífera hidrotóxica a gran escala, a la cual nos oponemos, es muy diferente de la minería tradicional, implica voladuras de montañas y alto consumo de agua con químicos altamente peligrosos para el consumo humano. Hay diferentes tipos de minería: la sal de mesa, el azufre, la cal, el cemento, la arena y el ripio, las piedritas para el gato, entre otros.

También es diferente la minería del hierro, la cual no requiere tóxicos ni voladuras de montañas,

de


 la del oro, material suntuario para cuya extracción hay que pulverizar la roca y usar cianuro.


Esta metodología de acusar a quienes nos oponemos a estos emprendimientos, es solo la punta del iceberg, ya que también hay amedrentamientos, amenazas, represiones, abuso del poder judicial para criminalizar a la gente y difamación de funcionarios armando campañas mediáticas.

Que la minería NO es un motor de desarrollo que impulsa la economía nacional

Las megamineras, originarias de países con estrictas leyes ambientales, vienen a la Argentina solo para llevarse la materia prima, aquí no queda nada, o mejor dicho queda la destrucción y la contaminación de nuestros suelos y nuestros recursos naturales.

Además es necesario tener en cuenta los consumos de estos megaproyectos:

Bajo la Alumbrera, Pascua Lama, y Agua Rica gastarían 395MW y la central nuclear Atucha 1 produce 357MW. No solo eso, sino que, además de estar conectadas a la red nacional de suministro, estas empresas están subsidiadas y libres de impuesto. (datos CEMoP , Centro de Estudios Económicos y Monitoreos de las Políticas Públicas).

Bajo la Alumbrera en Catamarca consume el equivalente al 80,2% del total consumido por toda la provincia de Tucumán. Para producir esa electricidad la Central de El Bracho, en Tucumán, quema unos 8,74 millones de metros cúbicos de gas natural por mes.

La Alumbrera consume y contamina 100 millones de litros diarios de agua.

La electricidad para producir 50 gramos de oro es el consumo anual de un hogar.
Es falso que la minería genera empleo y crecimiento económico local.
            Mienten sobre la cantidad de puestos de trabajo a crear, la mano de obra local sirve solamente para la instalación de la mina, y luego los puestos mejor pagados son cubiertos por personal calificado que viene de otros lugares.

Por ejemplo según el Censo Nacional del 2001 la cantidad de empleadxs en el sector minería durante este periodo fue de apenas 0,8% del total de ocupados de la Provincia de Catamarca.

Es una brutal mentira que la minería se instala en zonas postergadas, que crea un círculo virtuoso, que genera desarrollo y que eleva el nivel de vida de la población
            Ninguno de los países especializados en la provisión de materias primas, ha superado la pobreza y el subdesarrollo gracias a la gran minería transnacional.

Ejemplo: en la Argentina el caso de Catamarca ilustra esta situación. Tras 15 años de explotación de Bajo la Alumbrera, el primer emprendimiento megaminero radicado en el país, el paisaje socioeconómico de la provincia no ha cambiado favorablemente, sino todo lo contrario: se evidencia la intensificación de preocupantes indicadores sociales con niveles de pobreza e indigencia, de desempleo y subempleo, de los más altos del país.
No es verdad, ni se acerca, que la megaminería puede ser limpia, que no contamina el ambiente y se puede hacer sin riesgos ambientales. Mienten al decir que hay  una solución técnica para cada problema ambiental.

            La Megaminería produce una grave e irreversible destrucción de los ecosistemas; contaminación de las fuentes de agua; la magnitud y peligrosidad de los insumos y efluentes; una profunda afectación a la flora, la fauna, el habitat y el paisaje local; y la consecuente pérdida de biodiversidad. Este tipo de actividad minera contribuye con el 20% al cambio climático global. Por otro lado, la megaminería se ha convertido en una importante fuente de conflictos por el agua, ya que el uso minero ha desplazado no sólo a las actividades agrícolas, sino también llega a poner en riesgo la disponibilidad de agua para el propio consumo humano básico.

Es mentira que las empresas transnacionales se comportan con responsabilidad social empresarial, robusteciendo el tejido socioeconómico de la zona. 

            Las empresas abusan del término responsabilidad social empresaria para generar un círculo de dependencia: hacen donaciones a las comunidades afectadas, para escuelas y hospitales, por ejemplo, generan vínculos universidades públicas y privadas ofreciéndoles convenios y subsidios. Esta modalidad empresarial es un recurso que refuerza la dependencia de las poblaciones y aumenta su control sobre la misma. En definitiva, la Responsabilidad Social Empresaria es un modelo inventado por y para grandes empresas con el objetivo de defender sus intereses frente a la opinión pública. La Educación y la Salud son obligaciones del Estado y nunca de las empresas contaminantes.

Por lo tanto:

Estas son sólo algunas de las mentiras que llevan adelante empresas, funcionarios cómplices, medios y sectores “interesados” de la megaminería. Por eso cabe destacar la cantidad de luchas llevadas a cabo por organizaciones campesino- indígenas, asambleas y diferentes movimientos socioambientales en toda América Latina, que nos recuerdan que: EL EXTRACTIVISMO NO ES UN DESTINO, ES UNA OPCIÓN POLÍTICA Y CIVILIZATORIA QUE ASUMEN LOS DIFERENTES GOBIERNOS.

Por esta razón la Asamblea de Bariloche, como sujeto político, se pone firme en la demarcación de los límites: de este lado estamos quienes sostenemos una posición de defensa del agua y el territorio, del otro lado las corporaciones del saqueo y la contaminación.

Afirmamos una vez más, que NO es NO. Todxs somos Territorio.
 
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El gas de esquisto, la gran estafa*
 
 
 
Energía barata contra contaminación prolongada: En los Estados- Unidos, el dilema relativo a la explotación del gas y petróleo de esquisto no le ha quitado el sueño ni a los industriales ni a los poderes públicos. En menos de una década, estos nuevos recursos habrían orientado a los Estados – Unidos, hacia el crecimiento, dopado el empleo y restablecido la competitividad. ¿Y si esta “revolución” no fuese más que una burbuja especulativa a punto de estallar?
 
Por Nafeez Mosaddeq Ahmed **
Versión al español de Sergio Avalos
 
Si damos crédito a los títulos de la prensa norteamericana que predicen un auge económico debido a la “revolución” del gas y del petróleo de esquisto, el país vivirá una suerte de “fiebre del oro negro”. El reporte “Perspectivas Energéticas Mundiales 2012” de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) anuncia, en efecto, que para 2017, los Estados Unidos le quitará a Arabia Saudita el lugar de primer productor mundial de petróleo y accederá a la “casi autosuficiencia” en materia energética. Según la AIE, el alza programada de la producción de hidrocarburos, pasaría de ochenta y cuatro millones de barriles diarios en 2011 a noventa y siete millones en 2035. Esta alza provendría “completamente, de los gases naturales líquidos y de los recursos no convencionales” (esencialmente el gas y el aceite de esquisto), mientras que la explotación convencional comenzaría a declinar a partir de... 2013.
 
Extraídos por fractura hidráulica (inyección a presión de una mezcla de agua, de arena y de detergentes industriales, destinada a fisurar la roca para liberar el gas), gracias a la técnica de la perforación horizontal (lo que permite explorar de manera más amplia la capa geológica escogida), estos recursos sólo se obtienen pagando como precio una contaminación masiva del medio ambiente. Pero su explotación en los Estados – Unidos ha implicado la creación de varios cientos de miles de empleos y ofrece la ventaja de proponer una energía abundante y barata. Según el reporte de 2013 “Las perspectivas energéticas: una mirada hacia 2040” publicado por el grupo Exxon Mobil, los estadounidenses se convertirían en exportadores netos de hidrocarburos a partir de 2025 gracias al gas de esquisto, en un contexto de fuerte crecimiento de la demanda mundial de gas.
 
¿Y si la “revolución de los gases de esquisto” en lugar de fortalecer a una economía mundial convaleciente, estuviese inflando una burbuja especulativa a punto de estallar? La fragilidad de la recuperación así como las experiencias recientes deberían incitar a la prudencia frente a semejante apasionamiento. La economía española, por ejemplo, en un tiempo tan floreciente – cuarta economía de la zona euro en 2008 – , se cae a pedazos a partir del momento en que la burbuja inmobiliaria, a la que ciegamente se enganchaba, estalló sin prevenir. La clase política aprendió poco de la crisis de 2008; y ahora está a punto de repetir los mismos errores en el sector de las energías fósiles.
 
Una investigación del New York Times de junio de 2011 revelaba ya algunas fisuras en la construcción mediático industrial del “boom” del gas de esquisto, difundiendo las dudas de diversos observadores – geólogos, abogados, analistas de mercados – en cuanto al impacto de lo anunciado por las compañías petroleras. Se sospecha que “sobreestimaron de manera deliberada e incluso ilegal, el rendimiento de sus explotaciones y el volumen de sus yacimientos”.1La extracción del gas a partir de los esquistos del subsuelo, decía el cotidiano, podría resultar menos fácil y más costosa de lo que pretenden las compañías, como lo indican las centenas de correos electrónicos y de documentos intercambiados por los industriales sobre el tema, así como los análisis de datos recogidos en varios miles de pozos.”
 
A principios de 2012, dos consultores estadounidenses tocaron la alarma en la Petroleum Review, la principal revista de la industria petrolera británica. Al cuestionarse acerca de la “fiabilidad y la durabilidad de los yacimientos estadounidenses de gas de esquisto”, hacen notar que las previsiones de los industriales coinciden con las nuevas reglas de la Securities and Exchange Commission (SEC), organismo federal de control de los mercados financieros. Dichas reglas, adoptadas en 2009 autorizan en efecto, a las compañías, a cifrar sus reservas como bien les parezca, sin que haya verificación alguna por parte de una autoridad independiente.2
 
Para los industriales, la sobreestimación de los yacimientos de gas de esquisto, les permite hacer pasar a un segundo plano los riesgos relacionados con su explotación. Ahora bien, la fractura hidráulica no sólo tiene efectos dañinos sobre el medio ambiente: también plantea un problema estrictamente económico dado que genera una producción de una duración de vida muy corta. En la revista Nature, un ex-consejero científico del gobierno británico, David King, subraya que el rendimiento de un pozo de gas de esquisto declina en un 60 a 90% al cabo de su primer año de explotación.3
 
Una caída de rendimiento tan brutal hace obviamente ilusorio todo objetivo de rentabilidad. Tan pronto como una perforación se agota, los operadores deben perforar rápidamente otros para mantener su nivel producción y pagar sus deudas. Cuando la coyuntura es favorable, semejante clavado puede crear un espejismo durante algunos años. Es así como una actividad económica enclenque, la producción de los pozos de gas de esquisto – atónica a largo plazo pero fulgurante en breve – provocó una descenso espectacular de los precios del gas natural en los Estados – Unidos, los cuales pasaron de 7 a 8 dólares por millón de BTU (British Thermal Unit) en 2008, a menos de 3 dólares en 2012.
 
Los especialistas en inversiones financieras no son tontos. “La economía de la fractura es una economía destructiva, advierte el periodista Wolf Richter en el Business Insider.4 La extracción se devora el capital a una velocidad impresionante dejando a las empresas con una montaña de deudas cuando la producción se derrumba. Para evitar que ese derrumbe afecte sus ingresos, las compañías deben sacar más y más compensando los pozos secos con otros que se secarán mañana. Desafortunadamente un esquema semejante, tarde o temprano, se estrella en el muro de la realidad.”
 
Arthur Berman, geólogo que trabajó para Amoco (antes de que ésta se fusionase con British Petroleum), se dice sorprendido por el ritmo “increíblemente elevado” con que se secan los pozos. Y evoca el caso del campo de Eagle Ford en Texas – “la madre de todos los campos de aceite de esquisto” – indicando que “el descenso anual de la producción rebasa el 42%”. Para asegurar resultados estables, las compañías van a tener que perforar “casi mil pozos suplementarios cada año en el mismo campo. Es decir, un gasto de 10 a 12 billones de dólares por año... Si sumamos todo, se llega a un monto semejante al del salvamento de la banca en 2008. ¿De dónde van a sacar ese dinero?5
 
La burbuja de la industria gasera ya tuvo consecuencias en algunas de las más poderosas compañías petroleras del planeta. En junio pasado, el Director General de Exxon Mobil, Rex Tillerson, se quejaba amargamente explicando que el descenso de los precios del gas natural en Estados – Unidos era, en efecto una suerte para los consumidores, pero una maldición para su compañía, la cual ha sido víctima de una baja drástica de sus ingresos. Mientras que, ante sus accionistas, ExxonMobil pretendía aun no haber perdido ni un centavo a causa del gas, el discurso del Sr. Tillerson ante el Council on Foreign Relations (CFR), uno de los think tanks más influyentes del país, era casi para llorar: “Estamos perdiendo hasta la camisa. Ya no ganamos dinero. Todas las cifras están en rojo6
 
Casi al mismo tiempo, la compañía gasera británica BG Group se veía obligada a una “depreciación de sus activos en el gas natural norteamericano de 1,3 billones de dólares” sinónimo de un “descenso sensible de sus beneficios intermediarios.”7 El 1º de noviembre de 2012 después de que la compañía petrolera Royal Dutch Shell hubiese acumulado tres trimestres de resultados mediocres , con un descenso acumulado de 24 % en el año, el servicio de información del índice bursátil Dow Jones reportó la funesta noticia y se alarmó del “perjuicio” causado al conjunto del sector bursátil por este apasionamiento por el gas de esquisto.
 
*Publicado originalmente en el periódico mensual francés Le Monde Diplomatique, marzo, 2013, p. 20
** Politólogo, Director del Instituto para la Investigación en Políticas y Desarollo de Brighton, GB
1« Insiders sound an alarm amid a natural gas rush », The New York Times, 25 de junio de 2011
2Ruud Weijermars y Crispian McCredie, « Inflating US shale gas reserves », Petroleum Review, Londres, enero 2012
3James Murray y David King « Climate policy : Oil's tipping point has passed », Nature, nº 481, Londres, 26 de enero de 2012
4Wolf Richter « Dirt cheap natural gas is tearing up the very industry that's producing it » Businnes Insider, Portland 5 de junio de 2012
5« Shale gas will be the next bubble to pop. An interview with Arthur Berman » Oilprice, 12 de noviembre de 2012, http://oilprice.com
6« Exxon : « Losing our shirts » on natural gas » The Wall Street Journal, New York, 27 de junio de 2012
7« US shale gas glut cuts BG Group profits » Financial Times, Londres 26 de julio de 2012
 
 

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