martes, 28 de febrero de 2012

Novedades del Eco-Portal





La sociedad de consumo y la existencia de alternativas

La sociedad de consumo se compone de unos 1.800 millones de personas sobre las 7.000 millones que poblamos este planeta. Esas personas son las principales responsables del deterioro de los recursos naturales y del calentamiento global. Pero a su vez, son las menos perjudicadas, puesto que cuentan con los recursos económicos necesarios para afrontar las consecuencias que esta teniendo esta crisis ambiental de escala planetaria.
Es decir que mas de 5.000 millones de personas están sufriendo sequías, inundaciones, desertización de la tierra, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad y demás perjuicios, sólo para que 1.800 millones mantengan un estilo de vida y un nivel de consumo de bienes, superior al que la Tierra puede soportar.
Tanto es así que se calcula que hoy se están utilizando anualmente un 50% más de los recursos naturales que la naturaleza genera en ese período, y que pronto llegaremos al 100%, es decir que estaremos gastando en un año, los recursos generados por el planeta en dos años.
Si bien un pequeño porcentaje del gasto excesivo de recursos puede ser atribuido a las clases media y alta de los países en desarrollo, una amplísima mayoría se consume en los países desarrollados. Es por eso que una de las claves para detener el deterioro del ecosistema planetario se encuentra en un drástico cambio en el estilo de vida de estas personas, dejando atrás el modelo basado en el consumismo desenfrenado e irracional, para transitar el camino de la sostenibilidad.
Este cambio es absolutamente necesario para frenar el veloz deterioro del planeta. Se calcula que el 20% más rico está consumiendo el 80% de los recursos generados.
Es comprensible que, para quienes han sido culturalmente criados y han vivido toda su vida de cierta forma, modificarla radicalmente resulte una decisión difícil de tomar, sobre todo porque desde el sistema -a través de los medios masivos de comunicación que se encuentran a su servicio-, se alienta y estimula el consumo y se impone la idea de que no hay otras alternativas de vida posibles, a la que este modelo propone.
Se provoca una falsa sensación de seguridad, de que si nos mantenemos bajo el paraguas del sistema, si seguimos sus reglas y dentro de sus patrones, vamos a estar amparados y protegidos. Y por otra parte, se crean dudas y miedos sobre la posibilidad de elegir una vida fuera del reflejo de los espejitos de colores.
El hecho de que los gobernantes de los países desarrollados planteen seriamente un cambio contundente en el estilo de vida de su población, suena como algo muy cercano a lo imposible, ya que por un lado llegan a ocupar sus cargos apoyados económicamente por empresas multinacionales, con las que luego se encuentran comprometidos, y por otro no hay una decisión en la población de apoyar ese cambio con la fuerza necesaria.
Es por eso que el camino debe recorrerse desde abajo hacia arriba, estableciendo primero las bases del cambio en los pueblos, educando y concientizando a las nuevas generaciones de que este cambio es tan posible como necesario, para que ellos mismos puedan en el futuro cercano, gozar de una vida digna y de un mundo habitable para nuestra especie.

  
Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal.netrdnatali@ecoportal.net . www.ecoportal.net
_______________________________________



Río+20 Vs. Río+20. O Economía Verde vs. Economía Ecológica

Durante varios cientos de miles de años, los seres humanos poblamos la Tierra como una especie mas, con un impacto sobre el medio ambiente no mayor al de otras especies y con una escasa capacidad de modificar los ecosistemas que habitábamos. Pero hace unos pocos miles de años todo comenzó a cambiar. El dominio de las técnicas de agricultura, la fabricación de herramientas y la domesticación y uso de otras especies en beneficio propio, fue modificando rápidamente la ecuación y pronto nos encontramos con los primeros problemas de índole ecológica, atribuibles a una conducta ambiental que no tenía en cuenta el agotamiento de los bienes de la naturaleza.
Si bien durante los primeros siglos los impactos ambientales se restringieron a las propias zonas, el crecimiento del modelo económico dominante, basado en la producción y el consumo exacerbado y descontrolado de bienes nos ha traído a una situación ambiental global por demás compleja y de muy difícil solución.
Consumimos desde hace décadas de forma creciente y continua, más biomasa de la que la Tierra produce. Superamos la capacidad del planeta de absorber el impacto en el ecosistema global de nuestras actividades productivas y de nuestro consumo.
La ecuación del impacto de la especie humana sobre Gaia, arroja un resultado negativo y de no tomar las medidas necesarias para modificarlo, más pronto que tarde, los sistemas económico-financieros colapsarán de una forma totalmente impredecible y con una crueldad tal que provocará una crisis humanitaria inimaginable.
En teoría, este dramático desenlace podría ser evitable, pero el método a utilizar es el principal inconveniente, que tiene atrapada a la humanidad en una trampa mortal.
En el marco de las Naciones Unidas se negocia desde hace muchos años, la forma de salir de esta emergencia ambiental global, desde la absurda premisa de no afectar los intereses de las grandes corporaciones, de mantener los niveles de consumo y crecimiento de la economía y de mantener todos los índices de desarrollo insustentable que han provocado esta catástrofe.
No hablamos aquí de la inmensa cantidad de bien intencionados científicos, economistas, humanistas, y personas de las más variadas especializaciones que trabajan “desde adentro” de forma loable y necesaria, sino de quienes en definitiva, representando el verdadero poder económico, toman las mas desacertadas decisiones, robándonos el futuro.
La última propuesta ofrecida como uno de los puntos a tratar en Río+20 por estos representantes de los intereses del poder es la transición hacia la llamada Economía Verde. Una forma de teñir de verde el sistema económico actual, intentando conservar la injusta distribución de la riqueza y del poder, y pretendiendo que a la vista de la opinión publica se perciba un cambio que, con sólo raspar un poquito con la uña, nos demostrará que debajo de la nueva capa de pintura, continúa la misma vieja y putrefacta realidad.
Ante esta nueva avanzada de quienes detentan el poder económico mundial, la respuesta de los pueblos es diversa. Aparecen corrientes de pensamiento diferentes pero inclusivas, complementarias, con un espíritu totalmente distinto a lo que el sistema nos tiene acostumbrados. Aparecen conceptos como el ecosocialismo, el buen vivir, el decrecimiento, la soberanía alimentaria, el desarrollo a escala humana, el comercio justo, la banca ética y sostenible y tantos otros. En definitiva, nuevas y viejas recetas que pueden combinarse para converger en una nueva economía, verdaderamente ecológica y solidaria.
Este nuevo enfoque sobre los sistemas Económico-Productivos denominado Economía Ecológica, utiliza instrumentos de las ciencias naturales y exactas como la ecología, la física o la biología como así también de la economía, la sociología o las ciencias humanas en su conjunto. Y aporta el marco metodológico, instrumentos teóricos, técnicos y prácticos para conseguir modificar las formas de producción, transformación y consumo de los recursos naturales, bajo un enfoque ecointegrador. Establece nuevas pautas para la relación entre las múltiples actividades de la sociedad humana y la naturaleza, teniendo como su centro y foco principal la imperiosa necesidad de establecer una nueva relación entre el Ser Humano y el Ecosistema Planetario.
Estas dos concepciones sobre la nueva economía, totalmente diferentes y enfrentadas desde sus raíces, son las que compiten por establecerse como las bases fundacionales de un nuevo concepto de sociedad humana. La que prevalezca será la que dictamine el futuro de prácticamente todos los seres que habitamos este hermoso planeta.
Es necesario prepararnos y capacitarnos para que este nuevo camino que deberemos emprender de forma inminente, se asiente sobre las bases bien sólidas del conocimiento. Para tener una clara visión de lo que deberemos hacer y especialmente para no volver a cometer los mismos errores.

 
Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal.net
rdnatali@ecoportal.net . www.ecoportal.net

Nota: El Dr. Walter Pengue, un referente a nivel mundial en esta nueva disciplina llamada Economía Ecológica, ofrece en el Campus Virtual de EcoPortal desde hace más de diez años y de forma permanente un curso introductorio que ofrece muchas de las herramientas necesarias para comprender estos nuevos paradigmas http://www.ecoportal.net/content/view/full/25799 . El ciclo a iniciar el próximo 14 de marzo, tendrá un especial enfoque sobre las diferentes corrientes que se encuentran en pugna y alcanzarán en la Cumbre de Río+20 una instancia trascendental que, aunque no en forma definitiva, podría comenzar a inclinar la balanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario