Atención Vaca Muerta: Fallo judicial anti fracking en USA
Shale o fracking es la técnica de
extracción no convencional de hidrocarburos que promociona YPF para el campo
Vaca Muerta, en Neuquén. La petrolera estatal siempre ha rechazado las
denuncias de que ese procedimiento es muy riesgoso para el medio ambiente, en
un país con pésimos antecedentes en materia ambiental. Ahora ocurrió en USA, el
país donde más se ejecuta esa técnica, el 1er. fallo judicial adverso, y cabe
preguntarse cuáles serán las consecuencias.
El gráfico muestra cómo contamina
el shale: que lo tengan presente los habitantes de Neuquén.
CIUDAD DE BUENOS
AIRES (Urgente24). La fracturación hidráulica, fractura hidráulica o
estimulación hidráulica1 (también conocida por el término en inglés fracking)
es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del
subsuelo. El procedimiento consiste en la perforación de un pozo vertical en el
cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, se inyecta a presión agua con
arena y productos químicos con el objetivo de ampliar las fracturas existentes
en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo y que son típicamente
menores a 1 mm, favoreciendo así su salida hacia el exterior.
A causa del aumento del precio
de los combustibles fósiles, estos métodos se multiplicaron, especialmente en USA,
que gracias al fracking o shale logró convertirse en exportador de petróleo.
Sin embargo, los componentes
inyectados generan polémica, pues se denuncia que incluyen sustancias tóxicas,
alergénicas y cancerígenas, dejando el subsuelo en condiciones irrecuperables.
Debate
La crisis de Ucrania y la amenaza
de cortes del suministro de gas por parte de Rusia, de donde procede 33% de
todo el que se consume en Europa, han vuelto a poner sobre la mesa el fracking.
La controvertida técnica de
extracción de hidrocarburos no convencionales que plantea dudas sobre su efecto
en el medio ambiente fue reivindicada por David Cameron, el conservador 1er.
ministro británico, afirmando que su país tiene “el deber” de explorar sus
reservas de gas de esquisto.
Su Gobierno anunció hace unos
meses que el 64% del subsuelo contiene gas extraíble mediante esta técnica. Mientras
Reino Unido la abraza, otros socios europeos, como Francia, están frontalmente
en contra.
El fracking divide de tal modo a
los Estados miembros de la Unión Europea que la Comisión renunció en enero de
2014 a regularlo y se limitó a emitir unas recomendaciones tan poco concretas
como estas: “Evaluar cuidadosamente el impacto medioambiental y los riesgos”
o “comprobar la calidad del agua, aire y suelo antes de empezar las
operaciones”.
Son generalidades que esconden
la incapacidad de la Comisión para poner de acuerdo a Reino Unido y Polonia,
defensores de la técnica, con Francia y Bulgaria, por ejemplo, donde está
prohibida.
Cuando en noviembre de 2008
Lisa Parr empezó a padecer migrañas y vómitos no se imaginaba que la veintena
de pozos para la extracción de gas que rodean su casa, en Decatur, Texas (EE
UU), podían tener algo que ver con sus problemas de salud. Sarpullidos,
hemorragias y fiebres se sumaron a la larga lista de síntomas que durante los
siguientes dos años la forzaron a ingresar varias veces en el hospital. Su
marido, Robert, y su hija, Emma, también enfermaron. En 2011 la familia Parr
demandó a la petrolera Aruba Petroleum. El pasado 22 de abril, casualmente el
Día de la Tierra, un tribunal condenó a la empresa a indemnizar con 2,9
millones de dólares (2,1 millones de euros) a la familia porque considera que
sus dolencias están relacionadas con las operaciones de fracking de los pozos
de Aruba.
Si los Parr llegarán a
cobrar esa cantidad —el fallo puede recurrirse— o si la sentencia puede
considerarse un precedente, aún está por ver. Lo que sí es cierto, y así lo han
destacado los medios estadounidenses durante estos días, es que se trata de la
primera indemnización millonaria por un caso de afectación a la salud
relacionado con el fracking, la controvertida técnica de extracción de gas
natural que genera innumerables dudas medioambientales. El fracking, o fracturación hidráulica, consiste en
inyectar en el subsuelo agua a presión mezclada con arena y sustancias químicas
para liberar el gas que se encuentra atrapado en la roca.
El caso es inusual no solo por
el fallo y la cantidad, sino por el mero hecho de haber llegado a un tribunal.
Generalmente las demandas por los efectos sobre el medio ambiente y la salud de
esta técnica —que se ha extendido por Estados Unidos durante la presidencia de
Obama con la promesa de aumentar la independencia energética del país— se han
saldado con acuerdos extrajudiciales e indemnizaciones económicas que nunca
salen a la luz. La de los Parr llegó a juicio y un jurado popular dio la razón
a la familia por cinco votos a favor y uno en contra.
El veredicto contempla
el pago del equivalente a 198.000 euros por pérdida de valor de la propiedad de
los Parr, 180.000 por futuras consecuencias para su salud, otros 288.000 por
daños psicológicos y 1,4 millones por los problemas médicos causados hasta
ahora. David Matthews, uno de
los abogados que ha representado a la familia, explicó a EL PAÍS que la empresa
nunca propuso un acuerdo extrajudicial y accedió a que el caso fuera decidido
por un jurado popular. “Estamos convencidos de que la empresa tiene que pagar
por su responsabilidad y, a pesar de que un juicio puede resultar muy caro,
siempre creímos que los Parr tenían razón y que no había otra opción más que
acudir a los tribunales”, afirma.
La familia Parr alegó en su
demanda que las operaciones de Aruba Petroleum en las inmediaciones de su
vivienda contaminaron el ambiente haciendo enfermar a su familia y a su ganado
y forzándoles a mudarse a otra localidad. Según la firma de abogados que les
asesoró, la técnica de fracking implica el uso de centenares de componentes
químicos, incluidos algunos cancerígenos, que no son eliminados una vez que
entran en contacto con el terreno.
Aún hay pocos estudios que
relacionen directamente las instalaciones que usan esta técnica de extracción
de hidrocarburos con posibles perjuicios para la salud, explica el geoquímico e
investigador del CSIC Xavier Querol. “El problema son los componentes
químicos de la mezcla de líquido que se inyecta en el subsuelo. Muchos de ellos
son tóxicos”, señala. “Las empresas no desvelan qué sustancias emplean. Si se
trata de hidrocarburos aromáticos como el benceno, que es cancerígeno,
obviamente supone un peligro”, añade.
Precisamente, un
estudio publicado en 2012 en la revista Science of the Total Environment
encontró altas emisiones de contaminantes como el benceno. Según otro artículo publicado en diciembre pasado en la
revista Endocrinology, entre el cóctel de sustancias que se emplean hay 12
consideradas disruptores endocrinos, es decir, alteradores del equilibrio
hormonal que se relacionan con infertilidad y cáncer, entre otros problemas de
salud. Los investigadores de la Universidad de Missouri (EE UU) tomaron
muestras de agua en una zona con gran densidad de pozos y las compararon con
las de áreas menos explotadas. Descubrieron que la actividad estrogénica,
antiestrogénica, androgénica... era muy superior en la zona con muchos pozos de
fracking.
El examen de toxicología al que
se sometió la familia Parr encontró más de una veintena de químicos en su
sangre, según los abogados de la familia. En el caso de sus vecinos, un
especialista en contaminación ambiental detectó presencia de hidrocarburos como
benceno, tolueno, etilbenceno y xileno.
Hasta ahora, la mayoría de las
demandas se ha centrado en los daños materiales por deterioro del entorno, y no
en los perjuicios a la salud. La empresa Aruba Petroleum mantuvo
durante el juicio que sus operaciones cumplen con la regulación vigente y que
no se le puede relacionar directamente con los síntomas padecidos por esta
familia. “Esto indica que sigue siendo una corporación que no quiere asumir la
responsabilidad de los daños causados”, asegura el abogado de los Parr.
Según datos citados por The Wall Street Journal, más de 15 millones de
estadounidenses viven a una distancia inferior a un kilómetro y medio de un
pozo de extracción. La resolución de la demanda de los Parr puede abrir paso a
nuevas reclamaciones similares y convertirse además en un argumento a favor de
los que rechazan esta práctica. Sin embargo, fuentes jurídicas citadas por la
cadena CNN afirman que es poco probable que un fallo así vuelva a repetirse, e
incluso que la familia podría perder la apelación.
Varias autoridades han
solicitado a la Administración Obama que elabore nuevas regulaciones que
ajusten las actividades de estas empresas a estándares de calidad que tengan en
cuenta los efectos detectados hasta ahora. El presidente del Fondo para la Defensa Medioambiental,
Fred Krupp, planteaba el pasado fin de semana en la revista Foreign Affairs la
creación de un marco legal que reduzca los riesgos mientras protege los beneficios
económicos de esta industria.
Fuente: http://www.urgente24.com/226223-atencion-vaca-muerta-fallo-judicial-anti-fracking-en-usa
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