Médico y científico, le reconocen sus investigaciones contra el glifosato y la lucha contra las fumigaciones con el herbicida.
A los 68 años, falleció ayer el médico Andrés Carrasco, el científico que pregonó los efectos devastadores del glifosato en embriones y acompañó con su investigación a los pueblos fumigados. En la tarde de ayer cientos de mensajes de habitantes de pueblos castigados por el pesticida que garantiza la rentabilidad de la soja expresaron en las redes sociales su pesar por el fallecimiento del científico que fue presidente del CONICET y jefe del Laboratorio de Embriología de la UBA. Cuando en agosto de 2012 el tribunal de la Cámara I del Crimen de Córdoba condenó a tres años de prisión condicional al productor rural Francisco Parra y al piloto Edgardo Pancello por las fumigaciones ilegales en el Barrio Ituzaingó Anexo, Carrasco fue testigo a favor de la organización Madres de Ituzaingó. Además, apoyó la lucha de más de diez años contra las fumigaciones con el herbicida que determinaron que, en un pueblo con 5000 habitantes, hubiera más de 200 casos de cáncer. Pero la historia de Carrasco contra Monsanto –dueña de la patente del herbicida y de la semilla de soja resistente a su veneno– había comenzado muchísimo antes. Ya en 2009 se había publicado en la prensa su trabajo que denunciaba que el glifosato puede producir malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas en los embriones humanos. Durante un tiempo, hubo varias críticas a Carrasco desde el establishment científico que se centraban en el hecho de que su investigación no había sido publicada en una revista académica con revisión por pares. "Cuando uno demuestra hechos que pueden tener impacto en la salud pública, es obligación darle una difusión urgente y masiva", explicaba por aquella época, y atacaba a los investigadores que trabajaban al servicio de las multinacionales. Esa crítica, además, perdió vigencia en el año 2010, cuando su paper apareció en la revista Chemical Research in Toxycology. Las diez páginas de la revista científica explicaban el efecto negativo del agroquímico: microftalmia (ojos muy pequeños), microcefalia (cabezas pequeñas y deformadas), ciclopía (un sólo ojo en el medio del rostro), malformaciones craneofaciales y acortamiento del tronco embrionario. La publicación subrayaba la vinculación entre las malformaciones con la incidencia del glifosato en el aumento del ácido retinoico, un derivado de la vitamina A esencial para la regulación correcta de los genes involucrados en la vida embrionaria. Carrasco tuvo serios enfrentamientos con las autoridades del ámbito científico. "El modelo cientificista-productivista actual, es sólo una variante del positivismo europeo que, desconfiando del Estado, dirige la mirada al mercado y se subordina a él pregonando su centralidad en el 'progreso' con la falacia de la sociedad del conocimiento, escribió en 2011 en su blog personal. Ese año un cable de Wikileaks testificaba que la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires estaba preocupada por el trabajo de Carrasco y ejercía un fuerte lobby para defender el herbicida de Monsanto. «
Fuente: Tiempo Argentino
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Poesía de Oscar, de Carapachay
que el encuentro sea
de poetas llenos
y la luna vea
que son de los nuestros.
que el encuentro sea
de aire y salitre
lavando los pies
que caminan la lucha
que el encuentro sea
de rondas y mate
y que Andrés vea
y sepa que aun late
que el encuentro sea
de risa y de llanto
porque así lo querría
quien nos dejó tanto
y que sea el encuentro
y que sea de luna
y de música y canto
y de llena memoria
porque así lo querría
quien nos dejó tanto.
A
don Andrés Carrasco.
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